19 July 2007

¿Dónde se pone el límite?

Una reflexión. Tampoco es mía... es de Kent MacManigal, un libertario radical. Se hace una pregunta que pone el dedo en la llaga que separa liberalismo de libertarianismo o anarquía de propiedad privada.

¿Cuál es el límite al control? Si debemos ser controlados... ¿hasta dónde debemos serlo?
Para MacManigal el control no debe ser del gobierno en ningún caso, y el auto-control está definido por el Principio de No Agresión: uno no debe iniciar la violencia.

En el caso de los autoritarios de derechas, izquierdas, centro, mixtos ... ¿con qué criterio se marca hasta dónde el gobierno debe controlar nuestras vidas, comportamientos? ¿quién decide esa línea que en ese caso es arbitraria?

Y digo que es arbitraria porque o bien se establece una ley al servicio de una moral determinada, y no me gusta, o bien, estaremos en manos de la moral del lobby más fuerte, que tampoco me gusta (y este es el caso en el que estamos).

Supongo que la ley, manipulada como está, convertida en mero mandato (como decía Jesús Huerta de Soto), es el espejismo en el que tanto los autoritarios como los partidarios del estado mínimo, el liberalismo ingenuo, se agarran para explicar que ese es el límite: la ley. Alguno tal vez se lanza a los brazos de la Constitución, como si no fuera la extensión de la misma ilusión óptica. ¿Nunca se ha utilizado la Constitución como excusa para atentar contra la libertad, para establecer leyes injustas, para cometer atropellos?¿Cómo va a constituirse en el límite de la acción del estado contra el individuo?

Siento verdadera curiosidad.


10 comments:

Iracundo said...

Una nueva cuestión irresoluble y que demuestra por comopleto la necesidad de anarquía: ¿dónde se establece que empieza y acaba un paso de zebra de cara a determinar el carácter penal de un atropello?

Legio_VII_Avgvsta said...

Brevemente:

Desde el punto de vista jurídico, la postura minarquista no implica la confianza ciega en la ley positiva ni en la constitución, conceptos ambos que yo, tal y como se han venido construyendo históricamente desde el siglo XVIII y como se entienden hoy en día, desprecio profundamente.

Mary White said...

Lo sé, Borja, de hecho creo que hablamos de esto. Pero sé de otras personas que sí... de ahí lo de "alguno tal vez...". Gracias.

Fernando A. Ramírez Martínez said...

Para conseguir una sociedad libre no es tan importante el alcance de la ley, siempre que sea mínima, como su universalidad.

Siguiendo la analogía de tráfico hecha por Isidoro, daría igual la distancia al paso de cebra –mientras no fuese superior a unos 2-3 metros– siempre que todos los los juicios usasen el mismo criterio.

Anonymous said...

Snipfer, ese ejemplo no lo ha puesto esa persona. Lo que es igual es la temática. Y yo no me pregunto por los límites de la ley, sino por los límites del control estatal al individuo...

Fernando A. Ramírez Martínez said...

Hombre, la justicia es la única manera que tiene el estado de controlar de manera directa al individuom y si no es así mal vamos.

Anonymous said...

desde luego es la más visible, pero hacen súbdito-siervo a quien cae en el pánico moral que inducen.

Jorge Castrillejo said...

Me gustaría intercambiar enlace con tu blog. Si estás de acuerdo mándame un comentario. Un saludo.

Anonymous said...

La propiedad del individuo, ese es el límite.

bastiat said...

En este debate de los límites quizás lo primero que habría que pensarse es porqué tiene que haber límites.

O mejor aún, lo mejor sería pensar el porque HAY limites. Es más, habría que pensarse porqué la forma normal en que los humanos nos asociamos es bajo estados. Otra cosa es la organización, la estructura del mismo. Pero el caso es que hay estados y hay límites.

¿Es lo uno consecuencia de lo otro? ¿En qué orden, los límites llevan a la creación del Estado o es el Estado el que impone los límites?

Preguntas, preguntas…