Libros para hombres
The Dangerous Book for Boys es un libro para varones de 8 a 80 años. Es un best-seller en el Reino Unido y lo será en Estados Unidos. Su razón de ser estriba en la ventaja lectora de las niñas en los colegios y universidades. El motivo, tal y como lo perciben los hermanos autores del libro, es que no hay libros para hombres.
Vivimos en una sociedad en la que no es correcto ser masculino, y este libro se salta las normas. Como explica la reseña de Cristina Hoff Sommers, el libro no trata de enseñar a los hombres a ser sensibles, a llorar, a profundizar en sus sentimientos o a no ser como son. Tampoco es un manual para brutos, simplemente apunta a las típicas "cosas de chicos" y está destinado a colegiales. Tengo que reconocer que me gustan varios de los temas. Nudos de corbatas, cómo encender un fuego, navajas suizas, tácticas para el póker, historia de la artillería, cómo fabricar un arco y flechas, historias de héroes masculinos, y detalladas instrucciones para cazar, matar, despellejar y cocinar un conejo son algunos ejemplos.
Tal vez la idea de criar hijos con aversión al riesgo, paterno-dependientes, futuros estado-dependientes, no agresivos y no competitivos, fue otro error del feminismo colectivista que trató de imponer un tipo de hombre con una sensibilidad ajena a la propia del hombre. Afortunadamente no es el único feminismo y hay sitio para individualistas como yo bajo el sol.
Tengo que conseguir ese libro: vuelve el hombre.
(Ya era hora)
10 comments:
Querida Mary White, alias "la neoclasique".
Mi padre me hizo leer cuando yo era joven y los trenes iban hacia el norte, los hombres son de venus y las mujeres son de marte; es un excepcional libro. Es un libro que te enseña a ser un tipo de hombre distinto y, pero es mejor, las aventure de Giacomo Casanova, seguro que alguna jqmqs se auejqrq ni pondrq reparo para poner q funcionar su imaginacion a volar, e incluso, recordar...
No soy un tipo complicado
De delicado paladar,
Cualquier mujer es mi mujer,
Cualquier cuarto de hotel mi hogar.
Puedo dormir en cualquier lado,
A veces solo a veces no,
A veces pongo, reservado
El derecho de admisión.
Y digo adiós, adiós, adiós,
Cierro la maleta y pido
Un taxi para la estación....
...No importa que cierres la puerta
Me gusta entrar por el balcón
Al día siguiente dejo el hueco
De mi huida en tu colchón.
Y digo adiós, adiós, adiós
J. Sabina
Vaya, vaya... por ser tú, te dejo que me llames lo que quieras... :)
El libro de Venus y Marte me parece regular. No está mal para ser un libro de autoayuda pero me sigue molestando el enfoque "espera bonita que te voy a decir lo que tienes que hacer".
¿Desde cuándo los hombres y las mujeres tienen que entenderse mutuamente? con convivir es suficiente... y ya me parece mucho!
Me alegro que "pase de moda" el hombre artificial prefabricado que debe fingir una sensibilidad que no tiene para quedar bien o andarse con pies de plomo en ciertos asuntos.
No digo mejores ni peores pero es evidente que somos distintos y debemos aprender a convivir y a respetarnos sin ahogar la esencia del otro.
Espero que de aquí no se concluya que soy un garrulo que solo sabe hablar de coches, fútbol y mujeres ;-)
María, el feminismo no sólo está tratando y “trató de imponer un tipo de hombre con una sensibilidad ajena a la propia del hombre”; sino que está tratando y trató de imponer un tipo de mujer con una sensibilidad ajena a la propia de la mujer. Ideológicamente hablando, las feministas saben muy bien que lo uno sin lo otro sociológicamente es inviable.
Lo que ya no se, es si las feministas saben que cuando una ideología genera tales perversiones ideológicas, mientras dicha ideología detenta el poder, al colectivo que ampara (en este caso a las mujeres), éstas son capaces de renunciar al poder que les otorga dicha ideología, a cambio de reconquistar la libertad para expresar de manera espontánea su natural sensibilidad.
En casos de ideologías similarmente fascistizadas (el siglo XX está sobrado de ejemplos), lo que está reiteradamente demostrado por la historia, es que el colectivo obligado a ejercer una sensibilidad que no es la suya, por razones obvias se rebela antes que los que pasándoles lo mismo sin embargo detentan el poder.
Otro tema distinto, es al que indicas con tu frase: “Su razón de ser estriba en la ventaja lectora de las niñas en los colegios y universidades”, y que hace referencia a las perversas políticas feministas contrarias a la psicosociología del aprendizaje masculino (de la que es claro ejemplo la actual “Educación para la Ciudadanía”).
¡Es curioso, que la profesión pedagógica en la medida que en todos los niveles se ha ido feminizando (y feministizando), en paralelo los varones han ido perdiendo interés por el estudio y aumentando el número de abandono con respecto al alumnado femenino!
Hablaremos de este tema cuando gustes.
Un cordial saludo María, por rescatar temas tabúes para el feminismo
Pablo el herrero
Gracias por tu comentario Pablo. No es mía la frase a la que aludes, es la razón que dan los autores del libro para justificar su existencia... como hay más niñas lectoras que niños, debe haber un problema con los libros, escribamos uno para ellos.
Personalmente, me parece terrible hacer libros sólo para ellos o ellas, lo que no quita para que espontáneamente ellas lean un tipo de historias diferentes a ellos. Tenemos cerebros diferentes, cuerpos diferentes, respuestas y recursos diferentes y luchar contra eso es luchar contra el huracán... se te revuelve. No forzaría ni en un sentido ni en el otro, pero la resalidad es la realidad, y como dices, las diferencias van a aflorar siempre.
Yo soy feminista porque defiendo la igualdad ante la ley de hombres y mujeres y lucho contra las barreras que nos ponemos nosotras mismas y la estructura social, el sufragio universal es bastante moderno, por ejemplo, pero ni me dejo seducir por la ñoñería ni mucho menos por fórmulas feminazis, ni por cualquier solución que no se base en la libertad individual y la competencia.
Completamente de acuerdo María, con las siguiente palabras de tu última frase: “...pero ni me dejo seducir por la ñoñería ni mucho menos por fórmulas feminazis, ni por cualquier solución que no se base en la libertad individual y la competencia”.
Ahora bien, cuando una ideología se fascistiza (en este caso tu lo denominas feminazismo), no tiene marcha atrás. Le sucedió a los nacionalismos durante los siglos XVIII, XIX y XX; le sucedió al comunismo durante los siglos XIX y XX; e igualmente le sucedió al feminismo (con su feminazismo) durante los siglos XX y le sigue sucediendo en el XXI.
No conozco ningún caso en la historia moderna de las ideas, que cuando una ideología ha alcanzado el poder y su línea “dura” se ha fascistizado, su línea “¿democrática?” haya terminado con el cáncer que ha dicha ideología fascistizó... y no porque no haya hecho suficiente esfuerzo, sino porque llegó tarde para que la sociedad en general, ante la vivencia de los abusos que en su nombre se perpetraron, a dicha ideología le devolviese la confianza.
Por cada hombre victimizado por el feminismo, hay al menos una mujer víctima de dicho feminismo. Madres de padres separados, hermanas... hijas... segundas esposas de padres separados... así hasta más de cuatro millones de personas solamente en España. Muchas de las madres de los actuales padres separados (te lo confirmo porque yo soy de su generación y conozco bastantes casos), están viviendo la amarga experiencia de ser víctimas de su propia ideología.
Larga es la “invisibilidad de la violencia feminista”... pero tantas son las víctimas generadas por la “violencia DEL género”, que al no dejar de crecer en su ideal del “estado feminista”, ya no caben en sus cloacas y han comenzado a alzar sus voces (http://www.youtube.com/watch?v=vkanRUovvPw)
En otras palabras María, la historia es tozuda y nos dice reiteradamente que cuando una ideología se fascistiza... ha llegado la hora de la alternativa.
Espero y deseo que esta vez, dicha alternativa al feminismo la hagamos conjuntamente hombres y mujeres.
Un cordial saludo
Pablo el herrero
Pablo, si no lo has hecho ya, visita la página de ifeminist, y la de Wendy McElroy.
Las principales víctimas del feminazismo son las mujeres; como, en mi opinión, quienes más pierden con el machismo (fuego alimentado por las madres) son los hombres. Probablemente al final perdemos todos.
Una i-feminista de 16 me decía el otro día que el problema de hoy en día es que nadie piensa sus ideas, sino las de los demás. Ese es el reto. Una vez que uno le da media vuelta en la cabeza al tema es bien evidente.
Creo recordar haberte comentado que hace años que leo a Wendy McElroy. Decirte al respecto de ella, que valoro sinceramente su actitud honesta contra quienes amparándose en su ideología, legitiman la violencia contra la media humanidad masculina, al tiempo que roban las voces de quienes dicen representar.
Siento no estar de acuerdo con Wendy McElroy en la defensa del feminismo. Ante su ya casi un siglo de existencia y los millones de víctimas que en su nombre se siguen generando, confío que más pronto que tarde se de cuenta que ha llegado ya la hora de la alternativa al feminismo. Mujeres como ella las necesitamos para construir dicha alternativa. A diferencia de las personas, cuando las ideologías se fascistizan, son irrecuperables.
En cualquier caso María, es un placer compartir contigo el cruce de pensamientos de dos generaciones y dos entidades (hombre/mujer).
Un cordial saludo
Pablo el herrero
Pablo, perdona, soy un desastre, tienes razón, fue en un comentario del IJM... lo recuerdo.
Yo creo que hay que rescatar el nombre y darle un contenido no estatista, y creo que Wendy trata de hacer justo eso.
Muchas gracias por tus comentarios, que me hacen pensar y ver las cosas desde otro punto de vista.
también es un estereotipo el de que los hombres somos de Marte y las mujeres de Venus... ni los hombres somos tan brutos como se nos suele considerar ni las mujeres tan frágiles, se han dicho y se dicen muchas tonterías sobre lo que es ser un hombre y ser una mujer, básicamente al hombre se le educa para la guerra y a la mujer para la casam con lo que ya vemos cuál es el resultado.. no se trata de que seamos iguales hombres y mujeres, que no lo somos ni seremos pero las sociedades han fomentado solo una parte de la masculinidad y solo una parte de la feminidad, dejando de lado la sensualidad y la ternura que también posee el hombre y la fortaleza y autonomía que también tiene la mujer. Considero que ese libro de los hombres de Marte, las mujeres de Venus sólo vuelve a remarcar diferencias en vez de profundizar en las cosas que nos harían más comprensivos y felices. Saludos.
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