21 January 2008

¿Cómo piensan los votantes?

El otro día se hacía esta pregunta David Brooks en un editorial del New York Times. A partir de las teorías aportadas por autores como el Nobel Kahneman, su colaborador durante mucho tiempo Tversky o mi admirado Príncipe de Asturias, Antonio Damasio, Brooks plantea que los votantes no realizan su elección basándose solamente en cálculos racionales, sino que al igual que hacemos en otros ámbitos, los seres humanos combinamos razón y emoción también al elegir a nuestros mandamases.

En el caso de las elecciones americanas, supongo que es algo diferente ya que al menos en la primera parte (la elección de candidatos a la presidencia), los elegibles comparten partido, y uno no elige entre blanco o negro sino entre matices de color.

Pero en nuestra arena política la cosa cambia. La calidad de los políticos es tan mejorable que se vota lo que uno cree que defiende el candidato a sabiendas de que la mentira flota en el ambiente y te puede tocara ti. Nunca sabes si un conservador va a decidir ser más centrista o menos, si un socialista va a implementar medidas nada socialistas porque somos tan europeos como el que más, o Dios sabe qué.

Imagino que por eso se dan cosas como que un partido socialista privatice empresas, que se aprueben leyes del divorcio y del aborto bajo un gobierno acusado ahora de estar al servicio de la Iglesia (lo oí en la radio antes de ayer y me dio la risa floja), o que haya gays que ataquen la ley del matrimonio gay porque la que iba a presentar el PP era mejor.

Sin embargo, la lectura del artículo me ha hecho reflexionar acerca de las triquiñuelas de algunos hooligans de nuestro escenario político. De acuerdo con Brooks lo que hacemos es emitir un juicio a primera vista, simplemente analizando el aspecto del personaje. A partir de esa primera impresión, buscamos en nuestro banco de datos mental y lo asociamos a otro personaje acerca del que ya tenemos una opinión formada. Es cierto que hay un "estilo FAES" o que los políticos socialistas tiene todos un perfil parecido. En Estados Unidos los candidatos republicanos de más éxito suelen ser héroes de guerra, pastores y hombres de negocios (el de ahora no sé dónde encuadrarlo... ¿hijo de su padre?).

Con las emociones asignamos valores a las cosas para facilitar la decisión (como nos recuerda Brooks que dice Damasio), y esto es lo que hacemos cada vez que vemos un candidato. A lo largo de la campaña nos hemos creado una opinión.

Esas descalificaciones machaconas que caricaturizan al rival con que regalan nuestros oídos unos y otros cumplen su misión, crean asociaciones en la mente de muchos votantes de manera inconsciente y uno termina por ver a una asaltacamas, un meapilas o lo que sea menester cada vez que salen por la televisión a hablar de su propuesta o defendiendo a su candidato. Así que, el político que decida guardar las formas lo lleva como Caín.

Reconozco que mi visión imposible es Fernández de la Vega... esa cara acartonada y ese tono de leer la cartilla me superan. No se parecen en nada físicamente, pero me recuerda a la entrenadora del colegio.

14 comments:

Anonymous said...

¿Que cómo funciona en España? Yo creo que la opinión al final se basa mucho en factores emocionales y de imagen, de hecho creo que Antonio Burgos, periodista andaluz, dijo que Felipe González no perdió las elecciones de 1996 por la corrupción y demás, sino porque el pelo se le empezó a poner blanco.

Y aparte, me parece a mí que mucha gente se toma la política como si fuera un partido de fútbol: este es mi equipo y tenemos que ganar. Y punto.

Otra cosa es que admitir esto implique o no que tengamos que huir a alguna isla lejana y remota y olvidarnos de todo...

Clandestino said...

Menudo tema. Esto da para una tesis. Que pregunten a Sigmon Froid (Freud)

Muy bien lo de 'votantes', dado que en España, no se nos permite ser electores.

¿Como piensan los votantes? Depende. Hay países o regiones, donde los votantes piensan, otros donde no y otros donde aunque quieran no pueden, sencillamente votan para que pierda el que gobierna y solo hay uno posible y útil para ello, como es el caso de España.

De cualquier forma y remitiéndome al Sr. Froid, la mayoría nunca tiene razón. La masa es fácilmente manipulable. Comerán lo que unos pocos quieran, votarán, vestirán, etc., lo que otros pocos quieran. Cuando Froid se enfrascaba en estas reflexiones, no existían los medios y tecnologías para la comunicación, actuales, que pueden multiplicar por cien los efectos de sus teorías.

Realmente las elecciones las deciden apenas un diez por ciento de electores, independientes y con autonomía reflexiva y sensatez para dilucidar sobre lo que más le conviene, independientemente de colores y florituras, más o menos atractivas. El resto es voto fiel, o cautivo, o 'tonto'.

Ya que no podemos elegir a nuestro político ideal y que lo que hay es tan malo que solo podemos votar contra el peor, pues si quiero que pierda Zapatero, me subo a Rajoy a los altares que haga falta, en la seguridad de que nunca podrá ser peor. Aunque en política nunca pongo la mano en el fuego por nadie, pues podría ocurrir que en las siguentes tuviera que tomar las mismas medidas, pero en su contra.

Saludos

desahogandome said...

Interesantes tus palabras.

Algunos no pensamos precisamente, que "esto" sea una auténtica democracia, por más que nos vistan de seda a la mona, con trajes como el que describe el artículo.

saludos!

Carlos López Díaz said...

Aaaah! Ahora entiendo lo de la caspa, la caverna y todo eso...

Anonymous said...

Grandes verdades las tuyas María, pues sabido es que la política consiste (sobre todo para los profesionales de ella), para con sus potenciales votantes, “tocar la fibra de sus deseos imaginarios”... más que a la razón de cómo dar respuesta a sus normales necesidades sociales. En el caso de que tales “deseos imaginarios” generen grandes desafueros, ya vendrán los correspondientes opositores a resolverlo... y si el tal político acertó en dar respuesta a “un deseo imaginario” aún a costa de no darla a una necesidad real, siempre serán clementes conmigo. Pues a la sociedad cuando se la trata como masa (y en eso consisten la elecciones), lo importante, es el teatro que sobre la realidad se hace, no la realidad en sí misma. Y ante ello María, suele suceder que cada uno de los votantes ya tienen seleccionado los actores con quienes por mucho que sufran se divierten más.

Por eso María, para los profesionales de la política, dicho teatro consiste, no en convencer a los suyos (pues con ellos sólos dificilmente ganarían elección alguna), sino en cómo convencer a sus opositores, a los no-votantes y a los nuevos votantes... en que sólo dichos políticos puedan hacer realidad “sus deseos imaginarios”.

En otras palabras, las elecciones son sobre todo un acto de psicología colectiva, consistente en convencer al individuo, que la forma más acertada y rápida para que cada uno de ellos consiga “su deseo imaginario”, no es a través de sí mismo, sino a través del político que en cada caso mejor les convence que interpreta su voz.

Pero ya sabemos lo que suele suceder a las personas y a los colectivos, cuando alguien les roba sus individuales voces...
Hablando en términos psicanalíticos, diríamos que el terapeuta (político de turno), se lo toma como “una transferencia de poder” que el paciente le otorga, a cambio de poder continuar otros cuatro años pasivamente estirado en el diván.

Cosas de la psicología colectiva cuando como tu dices “cambiamos razón por emoción”.

Un cordial saludo

Pablo el herrero

Váitovek said...

Exacto:

Esto es lo que quería señalarle a Bastiat en el post de Pizarro.Los principios, las teorías y propuestas sobre la polis sólo son tomadas en serio por los gobernados. Para el Gobernante,- que vive de votos como el empresario de sus ventas- sólo son un dato que se mete en la batidora junto con otros - técnicas goebelsianas, agit-prop, imágenes subliminales,creación de mundos desde los media,etc.-
Pero, si nos fijamos cómo nos vendemos a los demás, en el sexo, la amistad y los negocios, podremos entender mucho mejor como utilizan estos medios los políticos.
El error que nunca hay que cometer es confundirse de debate.Una cosa es la Política y otra la teoría política.No son mundos paralelos, pero tampoco están vinculados racionalmente, sino al dictado de la necesidad en cada momento del Gobernante.

Anonymous said...

Clausius, además las ganó porque era un político sexy y porque habla como si te estuviera leyendo un cuento de Las Mil y Una Noches, mientras te saca los higadillos... y sigue así.
Que se quitara la chaqueta de pana también influyó en su fracaso.
Yo me quedaría en alguna isla cercana, pero sin decir cuál... :)

Clandestino, Freud no era infalible ni muchísimo menos. El análisis de la elección colectiva es uno de mis temas favoritos (de estudio), y de los más complicados (tal vez por eso es de mis favoritos... ).

Txantxangorri, una democracia auténtica... es como buscar un elemento químico en estado puro. Pero es verdad que lo que tenemos es un sistema político degenerado, obsoleto, que va en contra de los principios a los que servía (o pretendía servir) cuando se creó, y que o se renueva o cae estrepitósamente. Yo sigo pensando que somos animales que luchamos por la supervivencia de la especie y que los sitemas políticos (de organización social) están al servicio de la especie humana y no al revés. Vamos, que lo veré o no, pero habrá una mutación en nuestro modelo.
Pablo, ya sabes que yo no participo en política, no voto... pero no me quedo quieta mirando al techo mientras "usan" mi silencio... hay otras maneras de hacer que no son participar de un sistema en el que no creo, en el que me siento estafada, y que sirve para hacerles el juego a esos políticos.

Dhavar, totalmente de acuerdo. Pero voy un poco más allá. Todavía si el político en cuestión fuera un encantador de serpientes y te lleva al huerto porque tiene ese don de embaucar, pues la verdad es que a una le sube la moral que le mientan un ratito (sin llegar a la estupidez, claro)... pero es que los políticos actuales son productos del diseño, como si ese arte se aprendiera, se les dan tres cursitos de "cómo hablar en público" se les depilan las cejas o se les liman los colmillos, se les viste de seda, se les escribe un discurso "pseudo-embaucador" y ¡hala!... ya tiene usted el Club de la Comedia pero en el mundo de la política. Es una tomadura de pelo.
Bastiat está en la teoría más que en el barro del hacer político, me temo. Estábais hablando distinto lenguaje. Ya que lo sacas, me hizo gracia que la juventud fuera un arma arrojadiza. Quiero dejar claro que a mi no me importa nada que me acuséis de decir tonterías, ser muy entusiasta o cosas así porque soy demasiado joven :)

Váitovek said...

Mary White:

Hombre, era más bien una forma indirecta de sugerirle que se había pasado cuatro pueblos.

El Cerrajero said...

Viendo lo que está pasando en eZPaña, comprendo perfectamente como se pudo llegar a la Alemania nazi o a la Cuba comunista.

Ignorancia + inmoralidad + pasotismo = diZParate

bastiat said...

Que conste Mary que yo enarbolo mi extremada juventud como una Bandera. Con lo cual me hacen un favor. Quizás por eso estoy mas en la teoría, apasionadamente, que en el barro político, lleno de malas personas con las que probablemente no iría nunca a tomarme un café. Pese a ello sabéis que defiendo con el mismo ardor, mi juventud tiene esas cosas, el que los liberales bajemos al barro manchándonos hasta las cachas para intentar lograr algo parecido a una verdadera democracia, teórica, que en mi teoría es una democracia limitada a la mejor manera de defender los derechos individuales atendiendo a la cosa común, también llamada por otros, a la cosa pública.

Pero mi extrema juventud me lleva también a determinado excesos, lo reconozco Dhavar. Pero está justificado. Me enervan los argumentos tales como este es del PP para descalificarlo. Este es rico, entonces es del PP. Denigran tanto el debate que se queda reducido a la descalificación. Y no puedo con eso.

Ciertamente que en el mundo de la política hay “famiglias”. Bien. Pero no tiene nada de malo en sí, el problema es que la democracia, la teórica, permita que esas “famiglias” ejerzan el poder en beneficio de sus miembros y no en beneficio del común.

¿En que piensan los votantes? Pregunta Mary. Ni Freud, por favor que insulto al padre del Psiconálisis, puede averiguar en que piensan los votantes. O a lo mejor si, a lo mejor votan de manera económica, es decir por su interés. Una vez el interés es tan tonto como el que ganen los míos, otro el que se vota a aquel que me prometido que más me convenga a mi. Otros votan, lo que nosotros llamaríamos, con la cabeza porque piensan en el beneficio común... Pero quién determina qué es el beneficio común... Bueno, eso lo determina la democracia, o se determina democráticamente...

O no. La democracia no puede determinar el beneficio común. La democracia debe servir para elegir quien mejor defienda los derechos individuales y que luego los individuos se esfuercen en la búsqueda de la felicidad, hermosa frase incluida en la Declaración de Independencia americana, y hermosa película de W.Smith, por sus propios medios incluido el que cada individuo pueda estar dispuesto a entregar voluntariamente y a quien considere oportuno parte de sus propiedades para el beneficio de sus semejantes.

Por tanto, los votantes votan lo que les dejan...O mejor, votan sobre lo que les ofrecen.

Anonymous said...

Sí,Bastiat, eres jovencísimo y yo también :P
Pero yo no me tiro al barro político por alergia congénita a la política práctica y a los políticos en general...

Váitovek said...

Cerrajero:

Has puesto el dedo en la llaga.me encantaría leer periódicos y oír la radio del período 1931-39.¿cómo no lo vieron? etc. Cómo no lo vemos.Pero creo que se exagera la importancia de ZP, salvo si se considera como símbolo de un fenómeno mucho más amplio.ZP, como el cabo austríaco o el georgiano bigotudo sólo son el espejo vacío del Zeitgeist del momento.De ahí su fuerza,que no tiene nada que ver con sus cualidades personales.

Váitovek said...

Bastiat:

Quizá es por juventud que concluyes excesivamente.Pero no es por juventud por lo que omites lo que lees,sino por lanzar una idea que te quema.Si repasas lo que dije, no era más que un comentario más bien anodino que subraya un movimiento que todo el mundo conoce y reconoce (Aznar, ante la tormenta, se vuelve más activo).Nada había de denigratorio hacia nadie, y mucho menos hacia alguien a quién presenté como amigo, no ex-amigo, y que subrayé que no era deshonroso sino todo lo contrario.Ha sido más bien un monólogo entre tú y tú.

Anonymous said...

Para mi está claro que hay dos "padres" del PP: Fraga y su delfín Gallardón, y Aznar y sus chicos (y Espe). Esto es otra fricción, otra más. Es entre Espe y Gallardón... es decir, entre Aznar y Fraga. En todos los partidos pasa, pero se hace sangre en el PP para quitarle poder. Es de manual... Cuando se manifiesta en el PSOE, el PP también aprovecha la ola para no tener que cansarse nadando.
Al fin y al cabo, solamente son grupos humanos. Un espanto.