La Unión Europea a la (trampa) que salta
No nos hemos dado cuenta. Nos están colando un golazo y no nos damos cuenta. La Unión Europea quiere regular las agencias de rating que elaboran índices de confianza y de riesgo de los países. Los motivos son de opereta: no han advertido de la crisis a tiempo ¿saben?
McCreevy ha asegurado que el código de conducta por el que se rige el sector no ha servido para resolver los conflictos de intereses, y cree que las medidas voluntarias anunciadas por las propias agencias para mejorar la situación resultan "insuficientes".
Los gobiernos, en cambio, en especial el nuestro (el saliente, el entrante, el permanente), han sido tan previsores que la que nos espera en otoño va a ser de traca. La luz que sube una media del 5,6% en el tercer trimestre (ojo... empezamos por 7-8% desde julio), las plazas hoteleras para julio ocupadas, la disonancia cognitiva que nos caracteriza ("esto no esta pasando, y por tanto, no tomo medidas") nos va a estallar en toda la cara en septiembre.
Y mientras tanto, la Unión Europea que se pasa por el forro el voto irlandés, orquesta una campaña contra quienes votaron no (son ultras, ignorantes y si me fuerza usted, muy mala gente...). ¿Solución? Miremos al techo como si no pasara nada y sigamos adelante, al fin y al cabo ¿quiénes son Francia, Holanda e Irlanda frente al poder burrocrático de los europolíticos?
Pero no contentos con pervertir el sistema político europeo, ahora nos vienen con la decisión económica de regular el funcionamiento de las empresas de riesgo por tu propio bien, con ramalazo resentido porque las que hay son estadounidenses:
Más lejos iba la canciller alemana, Angela Merkel, quien defendió, la semana pasada, la constitución de una firma de calificación crediticia a medio plazo en la zona euro que equilibre el dominio de Moody's y Standard & Poor's y que haga justicia al aumento del peso de los países europeos en los mercados financieros.
Eso sí, todo por el bien de nosotros pobres desgraciados, porque además quieren vigilar que los supervisores no tengan contacto con los comerciales que venden productos financieros, y de paso, que sean supervisadas la agencias. Los supervisores de los supervisores vigilarán al vigilante. Es decir, en vez de que compitan varias agencias de rating y las más eficientes vean recompensada su labor con más consultas y más prestigio, ahora será el burócrata de turno el que tenga en su mano esa decisión. ¡Con los buenos resultados que da sustituir mercado por burocracia!
¿Se fían? Yo desde luego, de ninguna manera.
McCreevy ha asegurado que el código de conducta por el que se rige el sector no ha servido para resolver los conflictos de intereses, y cree que las medidas voluntarias anunciadas por las propias agencias para mejorar la situación resultan "insuficientes".
Los gobiernos, en cambio, en especial el nuestro (el saliente, el entrante, el permanente), han sido tan previsores que la que nos espera en otoño va a ser de traca. La luz que sube una media del 5,6% en el tercer trimestre (ojo... empezamos por 7-8% desde julio), las plazas hoteleras para julio ocupadas, la disonancia cognitiva que nos caracteriza ("esto no esta pasando, y por tanto, no tomo medidas") nos va a estallar en toda la cara en septiembre.
Y mientras tanto, la Unión Europea que se pasa por el forro el voto irlandés, orquesta una campaña contra quienes votaron no (son ultras, ignorantes y si me fuerza usted, muy mala gente...). ¿Solución? Miremos al techo como si no pasara nada y sigamos adelante, al fin y al cabo ¿quiénes son Francia, Holanda e Irlanda frente al poder burrocrático de los europolíticos?
Pero no contentos con pervertir el sistema político europeo, ahora nos vienen con la decisión económica de regular el funcionamiento de las empresas de riesgo por tu propio bien, con ramalazo resentido porque las que hay son estadounidenses:
Más lejos iba la canciller alemana, Angela Merkel, quien defendió, la semana pasada, la constitución de una firma de calificación crediticia a medio plazo en la zona euro que equilibre el dominio de Moody's y Standard & Poor's y que haga justicia al aumento del peso de los países europeos en los mercados financieros.
Eso sí, todo por el bien de nosotros pobres desgraciados, porque además quieren vigilar que los supervisores no tengan contacto con los comerciales que venden productos financieros, y de paso, que sean supervisadas la agencias. Los supervisores de los supervisores vigilarán al vigilante. Es decir, en vez de que compitan varias agencias de rating y las más eficientes vean recompensada su labor con más consultas y más prestigio, ahora será el burócrata de turno el que tenga en su mano esa decisión. ¡Con los buenos resultados que da sustituir mercado por burocracia!
¿Se fían? Yo desde luego, de ninguna manera.
6 comments:
Cuan hermosos y rentables algodonales a orillas del generoso Mssissipi. Qué bellos aquellos cánticos que ondulaban sus riberas. Aquellas bonitas estampas de colores difusos, mostrando faenas con cuadrillas ajironadas en el dolor señalado al chasquillo de látigos magistralmente restallados por leales capataces...
Estos malditos perros... El negro Tom sabe leer. Un maldito mandinga intentó huir. Gracias a Dios y a la justicia, ambos serán ajusticiados al amanecer. Los perros ladraban a los lejos. Caballos y caballeros piafaban al unísono. No consentirían ni una sola tolerancia... No más fugas. No más abrir la mano ¡Bruselas es nuestro presente! Perros y esclavos salpicaban sus humores al aire en sus estresados jadeos, ante el pánico general que solo maldecía a los que huían... el amo tomaría represalías. Aquellos malditos serían colgados, pero ellos...ellos, por su culpa, serían señalados y apaleados. La justicia es inflexible, nunca falla. ¡Estos malditos perros...! No hay que molestar al amo. Va contra la ley del amo.
Es muy grave que la única fuente independiente que daba una pauta (más o menos aproximada,pero clara) de por dónde vamos, se quiera aplastar también,de nuevo por nuestro bien, y de nuevo tratándonos como imbéciles.
Hace mucho tiempo que vengo pensando que las agencias de rating son una inutilidad absoluta. El trabajo que hacen es cualquier cosa menos serio, y según sus propios "mandatos" se encuentran en una situación en la que no les es posible dar recomendaciones medianamente fiables. Porque para dar esas recomendaciones se necesita hacer estimaciones sobre el futuro, y las agencias de rating no están en esa juego.
Por supuesto regularlas solamente va a servir para justificar el sueldo de algún que otro burócrata.
Embajador, uno puede dudar de su metodología,de si los resultados son más o menos acertados,pero al ser privadas y competir entre ellas por ofrecer los resultados más ajustados, y reconociendo todos los problemas... son infinítamente más fiables que reguladas.
Y como instrumento de análisis te marcan una tendencia más o menos probable. No son determinantes, pero si informan.
Mary- Quede claro que me parece absurdo regularlas, porque:
1. En general cuanto menos leyes mejor.
2. La regulación no va a mejorar la situación de las agencias.
Dicho lo cual creo que ni son determinantes ni informan. En teoría el famoso "rating" tienen que ser una indicación fiable de la capacidad de repago de las empresas e instituciones que lo obtienen.
Para establecer esa capacidad de repago las agencias se basan en información histórica. Lo cual es ya de por si una limitación.
No hacen ninguna clase de estimación a futuro de la evolución probable o posible de la generación de caja de esas empresas e instituciones y por tanto son incapaces de establecer la solvencia de las empresas e instituciones a las que otorgan el rating. Simplemente establecen unas previsiones cualitativas sobre lo que el futuro puede reparar.
El sistema de rating es totalmente absurdo. Aunque sospecho que si lo regulan será todavía peor, porque una regulación supone un marchamo de calidad totalmente ficticio.
Supongo que al final ocurre como el EGM: es malo, pero es lo único que hay. ¿no?.
Embajador, perdona el retraso, estaba en TU blog :P
Sirven para estudiar tendencias, simplemente.
Post a Comment