Los socialistas piden la dimisión de Simancas
Ayer, casi entre pucheros (en realidad era una mueca difícil de interpretar), Simancas se disculpó por no haberlo sabido hacer. Hoy los propios socialistas piden su dimisión.
Antonio Miguel Carmona, profesor universitario de Economía y líder del llamado sector "socialdemócrata" de los socialistas madrileños es el que le echa en cara al perdedor la "derrota si paliativos en la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid" y afirma que "es responsabilidad de la dirección regional" de su partido, en la que dijo que "sobran listos y faltan inteligentes". Buena frase ¿no?
La falta de democracia interna del partido es la causa según el joven profesor de todo esto. No es irrelevante que Carmona intentó acceder a la secretaría general del PSM en el X Congreso Regional celebrado en julio 2004, auqnue no pudo formalizar su candidatura, al obtener sólo el 20% de avales y no llegar al 25% establecido en los estatutos.
Tal vez, la próxima semana mi despacho lindará con el de un Secretario General... ¡qué emoción!
7 comments:
¿Este no es el de "Si hace falta, hundimos otro Prestige"?
Si no lo es, se llama igual, y ambos han sido diputados regionales por Madrid. Uno usa el nombre compuesto Antonio Miguel, y otro Antonio a secas. ¿Es la misma persona? No sé, anoche en Intereconomía TV estuvo muy razonable...
Tranquila, Mery, si eso sucede te puedo dejar desinfectante suficiente. Desde la noche del 14M de hace tres años me he aprovisionado a base de bien...
Daniel, Anónimo, os confirmo que este Carmona es el que dijo esas palabras (más o menos). Durante unos cuantos años fue profesor de Estructura Económica (creo recordar) en la USP-CEU. Era (dicen) buen profesor, además de culto e inteligente. Eso sí, parece que tenía también la boca muy grande...
Un saludo,
Antonio es compañero mío de la San Pablo, vecino de despacho y el tipo más simpático que hay en la Universidad. Si se deja me lo llevo al Instituto Juan de Mariana a que cuente qué entiende por liberalismo. Os avisaré.
y lo del Prestige fue una encerrona de mal gusto. Lo dijo en un entorno privado y alguien le jugó una inmerecida mala pasada.
Anda! No me digas que das clase en la USP!? ¡Qué emoción! Ahí pasé muchos años, estudiando incluso el doctorado... Snif! ¡Qué tiempos!
Y sí, lo que le hicieron fue una encerrona. Pero es que menudas bromas se gasta el amigo...
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