7 May 2007

Las mujeres no acosamos, sólo tenemos una mente enferma

La parlamentaria australiana Rudd MP Kelly Hoare ha sido acusada por hacerle proposiciones sexuales a su chófer oficial. La señora fue bastante directa (“Why don’t you come inside and fuck me”). El empleado rechazó la invitación y la denunció. Supuestamente, ella se disculpó con el conductor.

Pero al ser investigada, resulta que la señora, casada con dos hijos, tiene cierta propensión a buscar sexo fuera del hogar con subordinados. La vez anterior con un empleado de seguridad uniformado.

Algunas princesas se ligan a sus subordinados a la luz pública y no solamente no las acusan de nada sino que les pagan millonadas por la exclusiva. Pero, en el caso de la señora Hoare, el partido laborista australiano le ha recomendado que siga tratamiento médico, y es lo que está haciendo. ¿Queda claro el mensaje? Una mujer que busca sexo fuera de casa está desequilibrada. A nadie le parece machista esa actitud de los laboristas (¡estos progres, que se les ve el plumero!).

Si hubiera sido un hombre le empapelan, le insultan, le llaman abusador, le echan del barrio y, además... las feminazis clamarían para que le cortaran el miembro viril. ¡Qué manera de desaprovechar las cosas!

Este es un caso de discriminación clara: ¿dónde están las defensoras de la igualdad?¿De la Vogue?¿estás ahí?

¡Ah! que no, que este es un claro ejemplo de la libertad sexual de la mujer... qué descuido... ¿y los compañeros laboristas? ¡ah! que tampoco, que no son machistas, que eso es imposible siendo laboristas... claro, ella estaba perturbada probablemente por los anuncios de Dolce&Gabbana... menos mal que aquí los retiraron, que si no, no había hombres en España para tanta progre reprimida...

2 comments:

Germánico said...

Pobrecita, tenía que desfogarse. Ten presente que llegar tan alto siendo mujer le supuso atravesar tantos techos de cristal que está llena de cicatrices.

aa said...

Meri, no es un problema de féminas, sino de esos democratasdetodalavida que se autodenominan progresistas. ¿O no recuerdas que el amigo Clinton también se tuvo que someter a terapia semejante por no-sé-qué asuntos de ropas no lavadas...?