Socialismo... ¡no en mi nombre!

En el sumplemento femenino de ABC, siete candidatas nos explican qué ofrecen a las mujeres en sus programas. Se trata de Esperanza Aguirre, Carmen Alborch, Rosa Aguilar, Ángela Franco, Calamanda Vila, Jasone Valle y Marta Santos.

Allá va:

1.- Marta Santos, ChA: Aplicar la economía doméstica a la política (eso, rompiendo mitos). Lo que se traduce en : empleo digno, asistencia médica más fácil, comunicaciones de verdad, casas-canguro y guarderías públicas, centros de día y residencias, menos barreras arquitectónicas, cuidado del entorno...

2.-Jasone Valle, PNV: Condiciones para compatibilizar la vida laboral con la familiar. Lo que implica: la creación de la Casa de la Mujer, para que los colectivos femeninos se reunan, la puesta en marcha de una oficina de atención a mayores, con recursos para atender a las viudas. Programas escolares para educar en igualdad de oportunidades.

3.- Calamanda Vila, CiU: Pisos para familias monoparentales, wifi en toda su circunscripción para facilitar el teletrabajo. Añade más de lo mismo: residencias, centros de día, etc.

4.- Ángela Franco, BNG: Más centros de día, teleasistencia, comida a domicilio, y reconocer el valor de la mujer rural, creando asociaciones que potencien sus inquietudes.

5.- Rosa Aguilar, IU: Como su compromiso con la igualdad es total, sus demandas también. OCHENTA Y CINCO medidas elaboradas con colectivos de mujeres. Sin palabras.

6.- Carmen Alborch, PSOE: Conciliación entre la vida familiar y la laboral, "las mujeres deben participar en la distribució de los recursos económicos, organización del trabajo, actividades escolares, programas de salud y de ocio" (Alborch dixit). Vivienda digna, calles anchas y arboladas sin vehículos invasores...

7.-Esperanza Aguirre PP: la igualdad real se alcanza facilitando el acceso al trabajo en igualdad de condiciones. Independencia económica para conseguir igualdad, libertad y dignidad... y para eso... tomar medidas que faciliten su incorporación al trabajo.

¡¡Pero qué vergüenza...!!

Yo no quiero que tomen medidas en mi nombre, no quiero que me faciliten el acceso al trabajo si para ello utilizan la coacción, no quiero calles anchas, ni arbolitos, me gusta respirar CO2, no quiero un lugar de encuentro porque no me gustan los colectivos, no voy al WC en pandillita, creo en la educación privada, no quiero que adoctrinen a mis hijos en una igualdad inexistente. Solo creo en la igualdad de todos ante la ley. Solo quiero que me dejen decidir a mi.

Y, sobre todo, ¡no quiero que utilicen mi dinero para pagar esta sarta de barbaridades!

¿Cuándo vamos las mujeres a librarnos de nuestra propia tiranía?

Reniego de todas ellas.