El precio político

No es la obscenidad del pago en mano de unos billetes por echar una papeleta determinada ¿qué más da que te suelten 50 pesos al salir del colegio electoral o que te subvencionen 500 euros cuando vas a alquilar un piso? Es simplemente un precio y un modo de pago. Uno fuera del sistema, el otro oficial. Sólo que el oficial está teñido de bonitas palabras como democracia, ciudadanía, compromiso, valores, paz... (¿me dejo algo?)... ¡ah! alianza de civilizaciones y bien común. Y eso se llama en mi tierra envilecer el lenguaje, quitar el contenido de esas palabras para sacar partido (nunca mejor dicho).
La gente termina por no creer en nada y dejarse llevar, o alternativamente por seguir creyendo en esos valores y dejándose utilizar por los pillabocadillos (Carmona dixit). El resultado es el mismo, la dejación de la responsabilidad de cada cual que es depositada en manos de los políticos en el gobierno. Y si los políticos no asumen su propia responsabilidad ¿cómo van a hacerse responsables de lo que no les corresponde?
A lo mejor ya hay alguno rasgándose hipócritamente las vestiduras al grito de "antidemócrata, ancap, fascista" y cosas así. Pero, la realidad es que ni soy demócrata ni anti-demócrata. El sistema que tenemos no me gusta, esta corrompido y putrefacto, y cada vez que sale un político en la tele me pongo enferma. Seguramente no todos son iguales, claro. Y ahí está la cuestión, ¿cómo asegurar que el tipo es de fiar? Sencillo. De nuevo, es un tema de responsabilidad, de asumir las consecuencias.
Kent McManigal dice que para elegir a tu candidato tienes que preguntarle ¿Eres libertario?, si te dice que no, pues nada ¡¡Siguiente!!. Pero si te dice que sí, le preguntas: Entonces ¿crees que tus votantes son gente responsable, no más licencias, permisos y todo eso?. Si te dice que no, ya sabes ¡El siguiente!. Pero si te dice que sí, entonces debes pedirle que firme una cláusula según la cual cualquier ciudadano tiene el derecho a matarle si incumple sus principios fundamentales. Kent es libertario y su principio fundamental es el Principio de No Agresión. Él se presentó como candidato y firmó ese papel. No se crean.
Pongámos la medida en su contexto y rebajemos el tono. ¿Se imaginan que por cada punto incumplido, los políticos pagaran personalmente, en dinero, en cárcel o de otra manera? Otro gallo cantaría. Eso sí sería responsabilidad política.
Así que ante las próximas elecciones hay que hacer dos únicas preguntas a los candidatos: ¿cuánto da usted por sus propuestas? y ¿cuánto me da usted por sus propuestas?
(Este post tiene dueña, se llama Patricia Lorente. Está dedicado a ella y a Aragón Liberal)
Fuentes:
Video de Al-Jazeera (gracias, Eneas Biglione).
Post de Kent McManigal