Breve reflexión sobre "esto es lo que hay"
Ayer en la tertulia Cierre de Mercados un compañero explicaba que es ingenuo y utópico esperar que cualquier partido político en el poder, en campaña electoral, tome medidas juiciosas pero dolorosas ante una crisis. La lógica es aplastante. Ya lo arreglará el que venga si perdemos y ya pondremos los parches que hagan falta si ganamos. Incluso si tomando algún tipo de medida impopular se impide un agudizamiento de la crisis. No importa. Reconozco que yo me rebelaba (inútilmente, cierto) mientras él insistía:
Esto es lo que hay y es mejor partir de la realidad que tenemos. A mi tampoco me parece lo mejor, ojalá que fuera de otra manera, pero es imposible cambiarlo.
Nada... seguí protestando hasta el final. Pero el caso es que tiene razón... en parte. ¿Es imposible cambiarlo?
El problema de fondo es que los fallos de los gobernantes no les repercuten. Entre otras cosas porque el sistema de partidos y de votaciones (listas cerradas, disciplina de partido) implica que uno vota a una ficción que se llama Partido Nosequé, que busca y tiene poder pero no tiene representatividad.
Nadie imputa a una ficción nada (lo sabían quienes gritaban "¡Fuenteovejuna, señor!"). Se le imputa a las personas. Si un partido fuera multado lo pagaría con dinero de las subvenciones que les da el Estado procedente de nuestros impuestos, que es su principal fuente de financiación. Pero la persona no se ve afectada directamente. Ahí tenemos a Maleni, como una mancha de grasa que no hay IU-ICV que la quite.
¿Cómo cambiar este sistema si, quienes tienen que cambiarlo son los más perjudicados? Complicado pero no imposible.
El otro aspecto del argumento de mi contertulio es la idea de que todo político debe presentar expectativas favorables y optimistas. No, oiga... que gestiona mi dinero. El optimismo falseado que lo cultive a costa del suyo propio.
Y ese es otro punto: multen a quienes estiman mal los presupuestos desoyendo los consejos del propio MAFO.
Otro gallo cantaría...
Nada... seguí protestando hasta el final. Pero el caso es que tiene razón... en parte. ¿Es imposible cambiarlo?
El problema de fondo es que los fallos de los gobernantes no les repercuten. Entre otras cosas porque el sistema de partidos y de votaciones (listas cerradas, disciplina de partido) implica que uno vota a una ficción que se llama Partido Nosequé, que busca y tiene poder pero no tiene representatividad.
Nadie imputa a una ficción nada (lo sabían quienes gritaban "¡Fuenteovejuna, señor!"). Se le imputa a las personas. Si un partido fuera multado lo pagaría con dinero de las subvenciones que les da el Estado procedente de nuestros impuestos, que es su principal fuente de financiación. Pero la persona no se ve afectada directamente. Ahí tenemos a Maleni, como una mancha de grasa que no hay IU-ICV que la quite.
¿Cómo cambiar este sistema si, quienes tienen que cambiarlo son los más perjudicados? Complicado pero no imposible.
El otro aspecto del argumento de mi contertulio es la idea de que todo político debe presentar expectativas favorables y optimistas. No, oiga... que gestiona mi dinero. El optimismo falseado que lo cultive a costa del suyo propio.
Y ese es otro punto: multen a quienes estiman mal los presupuestos desoyendo los consejos del propio MAFO.
Otro gallo cantaría...
No comments:
Post a Comment