3 April 2009

El tónico del doctor Rodríguez


Esta semana he publicado un comentario en la página del IJM sobre la crisis, pero desde una perspectiva "médica".

En El médico a palos (Le médécin malgré lui, 1666), Molière pone en boca del matasanos las siguientes palabras

Encuentro que éste es el mejor oficio del mundo; puesto que se haga bien o se haga mal, siempre pagan de la misma forma: la cruel necesidad nunca cae sobre nuestras espaldas; y cortamos el patrón que nos place en la tela que trabajamos. (...)

Finalmente, lo bueno de esta profesión es que entre los muertos existe la honestidad y la discreción más grande del mundo: jamás se quejan del médico que les ha matado. (III,1).

Una reflexión acerca de estas palabras me llevan a una sorprendente conclusión: estamos muertos. Nuestros gobernantes, pretendidamente conocedores de la receta para la crisis, la medicina que aliviará nuestros males, la solución a la injusticia, la mejor formación para nuestros hijos, los valores que debemos defender para que haya paz y concordia, las medidas que evitarán la extinción de la especie y el deterioro de la Madre-Gea... son, como el médico de Molière, gobernantes a palos.

Y nosotros, me temo, igual que los pacientes del leñador Sganarelle, aceptamos cualquier diagnóstico y prescripción que explique, por más excéntrico que sea el argumento, el mal que padecemos. Y ahí tenemos al presidente del Gobierno y sus ayudantes, reunidos como en las series de médicos de televisión para llegar a un diagnóstico, afirmar que a las cajas de ahorro no les pasa nada, que en este mes que empieza el empleo iba a empezar a remontar y que nos relajemos y disfrutemos que si no, duele más.

Lo que me parece terrible es que no solamente los abstencionistas (que somos la tercera fuerza política a pesar de que nos ignoren), o quienes no votaron al partido en el Gobierno no salgamos a la calle, sino que los once millones de votantes que confiaron en las palabras del siempre sonriente Zapatero, sigan creyendo a pies juntillas los camelos del PSOE sin protestar. Entendería este apoyo si el paro discriminara y azotara solamente a todos los demás, si la recesión conociera la intención de voto de sus víctimas. Pero no es así: la crisis es para todos. ¿Cómo no están quienes votaron a Zapatero a las puertas de la Moncloa reclamando? En parte porque Zapatero se nutrió de los lobbies a quienes sigue jurando que les pagará lo que se debe en esta legislatura. ¿Y la otra parte?

La otra parte, junto con el resto de la población, pagamos al falso médico que nos pregunta cuál es la solución, en vez de tomar las riendas y hacerse cargo de la situación. Seguimos agradeciendo con nuestro voto al matasanos que cuando todas las voces de asesores de su partido, de otros, de organismos nacionales e internacionales, de economistas de a pie y de prestigio llegan a la conclusión de que probablemente el fallo de España es la falta de reformas estructurales, en especial del mercado de trabajo, se dedica a solucionar los problemas más inmediatos y visibles a golpe de gasto.

Las reformas estructurales sirven para reforzar la solidez de las bases, de los cimientos de nuestra economía: mercado de trabajo, sistema financiero, instituciones básicas. Y lo ideal es flexibilizar el mercado de trabajo para que si vienen las vacas flacas haya rotación, los inevitables parados encuentren cuanto antes trabajo, las empresas puedan volver a crear empleos, etc. Lo deseable es que se mejore la transparencia de las instituciones, limpiando de corrupción y despilfarro sus alfombras. Eso es lo que se hace en época de bonanza para evitar problemas cuando vienen mal dadas.

Sin embargo, lo que ha hecho el Gobierno es todo lo contrario. Ha dejado que nos coma la "osteoporosis" económica, que nuestros huesos (la estructura de la economía) se debilite y ha callado voces prometiendo gastar y gastar, es decir, nos atiborra de medicamentos (muchas veces caducados y contraproducentes) para que no sintamos el dolor. "Estas son las drogas que se utilizan en las necesidades urgentes", decía el médico de Molière, engañando al padre de Lucinda.

¿Y ahora? Le queda el recurso a la cumbre del G-20 –como si fueran a hacerle los deberes–, la esperanza de que los demás tiren de nosotros y apuntarse el tanto, y que nos curemos solitos para convocar una rueda de prensa y afirmar: "Ya lo decía yo".

Tal vez sea la hora de que los "enfermos" empecemos a exigir un cambio en el cuadro médico. O la demolición del hospital.


10 comments:

Anonymous said...

Pues si, porque una segunda opinión no creo que sea suficiente... Un saludo Mary.

Bowman said...

No creo que los que le votaron crean a pies juntillas camelo alguno. Hay bastante crítica. Si esta crítica no es mayor es quizás porque se piensa que otras alternativas políticas tampoco tienen la solución. Y si la ¿poca? crítica que hay no llega a muchos oídos quizás sea por la típica estrategia (extendida entre los seguidores de cualquier tendencia o partido) de cerrar filas frente al contrario y, en casa, tirarse los trastos a la cabeza.

Porque a veces se olvida que toda Europa está en crisis y no en todas partes gobierna Rodríguez (ni en Francia, ni en Alemania, ni en Italia, ni en la Europa del Este, ni en las islas británicas...). Tampoco gobierna Rodríguez en Estados Unidos (creo que es un tal Obama).
Pero este dato suele obviarse en las políticas de acoso y derribo para tomar el poder que todo partido utiliza cuando está en la oposición (incluído el PSOE cuando estaba en tal situación). Lo sabemos, lo toleramos y no nos importa, pero despues de lo sucedido en la República Checa (aun disgustándome el partido gobernante), empieza a darme miedo. Quizás sea el momento del verdadero patriotismo.

Respeto y entiendo el abstencionismo, aunque prefiero constreñir su aplicación a la forma de 'voto en blanco'. Jamás dejaré de acudir a las urnas que ha costado tanto conseguir.
Por ello, normalmente, voto en blanco.

Las pasadas elecciones voté a Zapatero. Me gustaba lo que prometía. Me ha decepcionado. No ha cumplido sus promesas.
¿El problema? Que del resto de opciones ¡no me gustan ni siquiera sus promesas! (si las cumplen... ¡voy apañado!).
Por tanto aventuro que retornaré al voto en blanco para las próximas elecciones.

Pero quisiera hacer aquí una reflexión, si me lo permites, Mary White. Te leo hace tiempo aunque hasta hace poco jamás comentaba. Por haberte leído, creo entender el sentido que das a 'Tal vez sea la hora de que los "enfermos" empecemos a exigir un cambio en el cuadro médico. O la demolición del hospital'.
Pero me da pánico que otras personas que te lean —y que no tengan tu mismo sentido común— cojan de aquí ideas de aliento para demoler el hospital. Están los ánimos muy caldeados, tanto entre añorantes del antiguo régimen fascista como entre anticapitalistas, anarquistas y antisistema (y no me refiero a 4 hippies sueltos). Mejor no dar alas a los (desgraciadamente incrementándose) egocéntricos descerebrados salvapatrias que pudieran pretender derrocar la democracia que tanto esfuerzo nos ha costado (ya sea para instalar un regímen de uno u otro signo).

Que a veces le duela la cabeza o tenga un resfriado no es motivo para eutanasiarla ¿no?

Mary White said...

Bowman,
Los socialistas que conozco, incluidos algunos cargos del PSOE "locales", con los que difiero en la base de casi todo, están cada vez más abochornados con ZP y sus muchachos.
No sé si hace falta que diga que no soy pepera... ni de derechas. No tengo hueco en el espectro político. Y rechazo como opción el voto en blanco (para mi) porque el sistema partidocrático basado en esa oposición que tan bien describes, en un partido en el poder, unos cuantos bisagras que van a rascar lo que puedan me parece deplorable... siempre unido a la falta de división de poderes que hace que el concepto de "estado de derecho" se haya desvirtuado tanto que mucha gente ya no sabe en qué consiste.
Cerrar filas frente al enemigo, en el panorama actual es, en mi opinión, una manera de disfrazar o de justificar el robo, la mentira, y la falta de honestidad. ¿No hay un tipo que por sentido del honor dimita cuando el partido, el jefe del cotarro se pasa tres pueblos y defiende lo indefendible? Te pongo un ejemplo: Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Ha sido de las voces más sensatas que han aconsejado fusionar CCM con UNicaja en el 2003 y en el 2008, que recomienda medidas económicas bastante sensatas en bastantes ocasiones y no le hacen NI CASO... Yo soy él y me voy. Lo de "¿y no es mejor que se quede tragando quina por miedo a que pongan un memo?" no me vale... Ya no. Hay que dejar en evidencia a quienes nos llevan al traste. Igual que los socialistas de Ciutadans se declaran socialistas de tomo y lomo (y mira que no soy nada afín) pero se rebelan ante el socialismo que presenta ZP.

El hospital a demolir... es el estado de derecho a restaurar. Yo soy partidaria de llevar la libertad individual hasta donde se pueda. Pero nunca lo impondría. Ya sé... ingénuo, utópico... puede, pero en el camino, me repatea que se carguen cualquier posibilidad de avanzar hacia ello. La democracia que tenemos está podrida. Hay que decirlo. Y no implica defender ni el pasado ni tiranías... simplemente transparencia, honestidad, sentido de la responsabilidad, y ese "patriotismo" del que hablas (que nunca he sabido definir, porque es un concepto que no entiendo, seguramente por el mal uso, o por el abuso que se ha hecho de él) debería ser prioritario para nuestros políticos.

Mary White said...

Respecto a que la crisis es internacional, es obvio. Y que ZP no es responsable de la crisis más de lo que lo son los demás presidentes de los demás gobiernos, también. Pero lo que sucede con las crisis es que se ven los zurcidos, los rotos y todo lo demás. No es casual que sea ahora cuando afloran los Madof. Y en España lo que brotan como champiñones son los escándalos y corruptelas municipales. Y la mala política económica a largo plazo, el mercado de trabajo hecho ciscos, la ausencia de una clase empresarial emprendedora de verdad, la universalidad de la búsqueda de rentas vía subvención, chiringuito y privilegio... y que cuando teníamos "colchón" para fortalecer las estructuras NO LO HEMOS HECHO (lo de la osteoporosis que digo en el post).
Pero además, la improvisación, la información falsa y confusa, la actitud de unos y otros de espaldas por completo a los que van a soportar el paro, y aquí el papelón lo hacen los sindicatos, claro. Cuando oigo a un tipo hablar con tanto pasmo del modelo sueco, o nórdico, escucho atentamente a ver si dicen que la sindicación es del 70-80% en estos países y en el nuestro no llega al 20%. ¿A quién defienden los sindicatos sino a la mano que les da de comer, que es el poder político?
Un asco.

Mary White said...

A. Chena,

Tengo muy poquitas esperanzas en los movimientos organizados, las plataformas y todo eso. La gente no se lo cree. Se apuntan, salen a la calle, gritan... y si pudieran, pedirían mil subvenciones y privilegios como todos los demás. Falta maduración, masa crítica de opinión, y además, en general, creo que falta mucha humildad.

Mary White said...

A. Chena, agradezco muchísimo las críticas y las tengo en cuenta, así que siempre serán bien recibidas las tuyas!
Hay que salir de la pescadilla que se muerde la cola. Hay que analizar y escoger las estrategias de comunicación, hay que aprender de los demás MUCHO, hay que aprender a comunicar en lo que creemos de manera eficaz, no hiriente, no engreída, natural... porque a mi la libertad individual me parece lo natural. Hay que bajarse de la teoría (sin soltarla!!) para acercar las ideas y la práctica (acción humana...) a la gente, no a los intelectuales, a la gente... a la que va en el Metro...
queda un tajo por hacer!!

Anonymous said...

A todos los salvadores de la Humanidad:

En primer lugar os recuerdo lo que decían mis abuelos: La ignorancia es la carga más pesada, pero quien la lleva no la siente.

¿De verdad os creéis todo lo que manifestáis? ¡Venga, no seáis demagogos ni os aprovechéis cruelmente de la gente ignorante para manipularles!. Sabéis que estáis mintiendo. Los amantes del intervencionismo público sois perversos porque os consta perfectamente que la actual crisis financiera en ningún caso ha sido provocada por políticas liberales que, por cierto, nunca se han aplicado, puesto que el prototipo liberal es incompatible con la clase política tal como hoy la entendemos.

Los principales culpables de todo son los políticos intervencionistas y sus juguetitos llamados bancos centrales (instituciones socialistas por antonomasia) que gracias a sus intervenciones arbitrarias, como la de los tipos de interés, nos han llevado al desastre (está es la primera prueba de que ni el mercado libre, ni el liberalismo político existen).

¿A que se han dedicado en las últimas décadas el FMI, El Banco Mundial, la OMC, la Reserva Federal norteamericana, la ONU, los Bancos centrales, el G8, el G20, la Comisión Europea y toda la patraña de organismos intervencionistas públicos? Sobran reglamentos y controles, y falta, cada vez más, libertad individual en un escenario global de mercado libre.

De hecho, el sector financiero o bancario es, precisamente, uno de los mercados más regulados e intervenidos del mundo, a través de innumerables leyes y normativas socialistas en diferente grado, así que, por favor, ¡no tomen el pelo a la gente!.

La culpa de la crisis económica es ideológica. La crisis económica es consecuencia de la crisis de valores y el afán de poder de todos los políticos apoltronados que atacan continuamente a la ética del trabajo, al ahorro y al esfuerzo; políticos culpables de la aniquilación del principio de la igualdad de todos ante la Ley, por un intervencionismo degradante y amoral; políticos culpables de la perversión de la democracia por lo políticamente correcto con el fin de conservar el poder.

Es un espectáculo mundial ver a republicanos y demócratas, a conservadores y laboristas, a los de derechas y a los de izquierdas a la hora de afrontar una crisis, porque todos actúan igual, todos son intervencionistas, todos argumentan con medidas socialistas. Apoyan a las grandes empresas amigas, entran en el juego de los grupos de presión y manipulan a los votantes cautivos en nombre del bien común; mientras tanto, todos los demagogos populistas indigenistas bananeros totalitarios fascistas y antifascistas que existen en cualquier rincón del planeta, aprovechándose de la desesperación de las masas, se frotan las manos e intentan hacerse con el poder político, como solución a todos los males, pero cuya receta nos va a llevar aún más deprisa hacia el abismo como sucedió en el siglo pasado.

Lo deseable para arreglar la jodida crisis financiera internacional es permitir que sean los propios ciudadanos en un marco de libertad y libre mercado los que tomen las riendas de la situación, en vez de proceder a intervenciones cada vez más escandalosas con el dinero de aquellos que lo pueden producir honradamente con su trabajo y esfuerzo. Porque lo que está sucediendo actualmente en la economía internacional es el resultado de inversiones muy arriesgadas en un clima de falso bienestar creado por los Estados socializados y amparadas por éstos, como últimos salvadores, que nunca se hubieran planteado si no existiera esa red pública que garantiza el fracaso de unos desalmados a costa del contribuyente.

Todo es consecuencia del intervencionismo económico, de gobiernos omnipotentes que arrinconan la libertad y la propiedad privada, malgastando la riqueza de los ciudadanos en su particular sueño mesiánico por rescatar una economía que sería capaz de salvarse a sí misma si no se lo estuvieran impidiendo, es decir del triunfo de ese socialismo o capitalismo de Estado, que impone más reglamentos, más control y menos libertad individual. Todo lo contrario a un deseable capitalismo democrático.

Lo más lógico sería que los ciudadanos premiaran con sus libres decisiones a las empresas eficientes, que han sabido gestionarse sin arriesgar y que nos satisfacen con nuevos productos y servicios. Eso significaría que todos elegiríamos en qué queremos gastarnos nuestro dinero, un pecado imperdonable para los gobiernos. Puesto que si nosotros decidiésemos, ellos no podrían hacerlo por nosotros, y por lo tanto no tendrían poder sobre nuestras vidas cuestionándose la necesidad de su existencia. Esa es una idea terrorífica para cualquier burócrata apoltronado en el gobierno de una nación.

Lo peor de una crisis no son los efectos económicos, que al final acaban superándose por el esfuerzo conjunto de los ciudadanos si pueden obrar en libertad. Lo más perjudicial de las crisis son los calamitosos efectos que provocan los políticos intervencionistas cuando quieren solucionarla y que ahogan cada vez más a la sociedad.

Hoy en día, ningún Gobierno tiene ni capacidad ni interés para guiar correctamente la economía, porque su principal objetivo es mantenerse en el poder y medrar.
Volvemos a las viejas consignas: “to” “pa” el pueblo, pero sin el pueblo y con el dinero del contribuyente. ¡No se os ocurra quejaros! ¿Cómo os atrevéis?, ¡pero si lo hacen por vuestro bien!. Eso dicen en las televisiones, prensa y demás medios de comunicación para borregos.

www.lodicecincinato.blogspot.com

http://es.youtube.com/watch?v=2QzaV8iVX-0

Merco said...

No se puede entender al ser humano. No podemos creer que unos tenemos más razón que otros o que nuestras políticas son mejores o peores.

El problema no reside en la gente, si no en el sistema político que da pie a la dictadura de las mayorías frente a las minorías, con la creencia de que las decisiones colectivas serán más justas. Cosa que es una falsedad ya que no deja de ser una dictadura como otra cualquiera.

El día que lo individual predomine frente a lo colectivo, habrá más coordinación y menos desigualdad, gracias al afán de cada agente de perseguir distintos fines con la ayuda de la cooperación y el intercambio.

Mientras tanto, gobiernos, guerras y miseria. Este es el panorama social que tenemos por delante. Mercantilismo del siglo XXI, agárrense los cinturones.
Saludos!!

Clandestino said...

En una clínica dental luce el siguiente cartel:

"Extracción de muelas:

- Si dolor.... 50.- €

- Con dolor.. 100.- €

Entra un paciente y solicita una extracción con la tarifa de 'sin dolor'. El dentista lo inmoviliza en su sillón y se dispone a extraer la pieza indicada, sin más anestesia ni preámbulos que sus habituales giros y tirones, a lo que el paciente empieza a emitir desgarradores gritos de dolor.

El dentista severo y autoritario le advierte que si continúa quejándose tendrá que aplicarle la tarifa de 'con dolor'.

*****************************

Moraleja.-

Aparenta que disfrutas de una democracia y déjate robar moderada y pacíficamente. De lo contrario serás totalitariamente pasado por la quilla del saqueo absoluto a destajo y por bemoles.

Para muestra, hablemos de Madrid.

Clandestino said...

Bowman

No te vayas por la tangente. Nadie tiene nada contra el capital, ni cualquier sistema que lo promueva. No parapetes las mafias de ladrones y corruptos, tras el capitalismo decente y competitivo, en un mercado bajo las debidas garantías de competencia limpia y transparente, totalmente alejadas de las manazas políticas de la corrupción, la extorsión, el clientelismo y el nepotismo.

El capital, el trabajo y la política tienen que convivir en el absoluto respeto al derecho y a la justicia. Los trapicheos y sus trileros a la batidora.

A lo único que ha dado continuidad nuestra "esforzada y merecida democracia" es al 'fascismo' y al 'autoritarismo' del régimen anterior. La corrupción, el totalitarismo, la discapacidad política y el bandolerismo nacional, es aportación total y exclusiva del conjunto de mafias "democráticas", entre las fascistas, las nazis, las corruptas, las proterroristas, las renegadas antiespañolas y las que hacen a pelo y a pluma, que infectan el panorama político nacional, y sálvese el que pueda.

Todo lo 'bueno' que también lo había en el régimen fascista de Franco, se lo cepillaron rápidamente justo antes de empezar la campaña vitalicia contra él y su memoria, evitando que trascendieran a base de mentir y ocultar la verdad, como única forma de dar paso a las mentiras y delitos de los nuevos embaucadores.

Me cuento entre los que añoro cosas del antiguo régimen, y las reivindico a viva voz, frente a los bastardos que nos privaron de ellas y a los pesebreros que los creyeron y apoyaron, contra ellos mismos y contra todos los demás, en cuanto que caímos en manos de este otro régimen miserable de "democracia totalitaria" que hace un uso del estado y de la ley, descarada y prepotentemente criminal, mucho más bajo y ramplón que aquel otro régimen autoritario; con la diferencia de que el 'otro régimen' NO era vendido ni cobrado como democracia y este lo es con el único límite de la totalidad patrimonial del conjunto ciudadano. Muy mal negocio hemos hecho los que decidimos deshacernos de un régimen solo autoritario y nos echamos a los brazos de otro totalitario, embustero y ladrón.

Que dejen ya de golpear a la gente con la osamenta inocua de Franco, mientras nos roban la vida, la dignidad y el patrimonio. Pago democracia y exijo democracia y riguroso respeto a mis derechos. Me sumaré a todas las víctimas de esta descomunal e impune estafa, que estén dispuestas a demoler este tinglado criminal, y a los que se opongan a un estado donde el derecho y la justicia sean inviolables, incluso por encima de la ley.

Naturalmente que el ambiente está caldeado y espero que se caldee mucho más hasta que entre todos podamos pasar este montón de basura, por el molar, y a ser posible antes de que sus millones de ratas escapen de élla.