7 March 2008

Fuego purificador


¿Qué libro quemaría en una hoguera? Ninguno escrito. Todos los libros tienen una utilidad, aunque sea calzar una mesa coja. Nunca quemaría un libro, incluso los malos. De todo se aprende, querido...
Solo quemaría un libro no escrito, es decir... un libro blanco en blanco (¿está claro?).

No paso este meme con el que me castiga el titán enloquecido que habita el cuarto de calderas... Es un meme feo.

16 comments:

Fin de los Tiempos said...

Yo quemaría las poesías completas de Sabina y el Tocho Cheli de Ramoncín.

Por cierto, paso a enlazar su Blog, que no lo tenía fichado

Anonymous said...

Sabia decisión.

Clandestino said...

Estoy de acuerdo.

De todos los libros se aprende. De unos lo que se debe aprender y de otros lo que no. Quemarlos es martirarlos y hacerlos buenos aunque sean repulsivos.

Sí me divertiría un poco, chamuscando el trasero de algún autor. Poco. Solo lo suficiente como para que tenga que comer de pie una temporadita.

Váitovek said...

Mary:

Que no, que no es feo.Es hermosísimo.Lo que pasa es que tú, como casi todos en esta época de Cultura - así, en tono muy solemne-, nos hemos vuelto unos idólatras de la letra - porque somos unos idólatras de nuestras obras.
No hay mayor acto de libertad y rebeldía que atreverse a quemar en el fuego un buen montón de libros.Eso pone las cosas en su sitio.
Es más, voy a ver si creo un movimiento nuevo, llamado Literaclastia, destinado a liberar a los hombres de su esclavitud literaria.

Váitovek said...

Clandestino:

Tu deslizamiento de la obra hacia el autor - dejémolos en una buena pata da en el culo - prueba que eres un medieval, es decir, alguien con el corazón en su sitio, "cuerdo".

Anonymous said...

Parece mentira, Dhavar... A mi me parece hermoso el fuego, no quemar libros (Clandestino, genial lo de chamuscar espaldas bajas, a alguno le chamuscaba yo otro tipo de partes bajas).
Lo que escribes y cómo lo haces dice tanto de ti, que las malas lecturas son impagables.
Imagina, por ejemplo, un libro de Lucía Etxebarría, clara representante de la cultura posmoderna, cuando sale en la tele diciendo esas cosas que dice, es conveniente coger uno de sus libros para recordar quién es esa chica...

No sabes el favor que me hicieron en primero de carrera obligándome a leer El Capital, por ejemplo.
Hay que leer a Mao, y a todos los demás. Siempre puedes cerrar el libro (como te dice Luis en tu taberna fantástica).
No soy una idólatra de nada, no te creas, al revés, si peco es de iconoclasta.
Y no hace falta quemar los libros para librarse de la esclavitud literaria, basta (como te decía) con cerrar el libro.
Te diré que se empieza por un libro, y se acaba por Roma. Tu verás... :)

Clandestino said...

Dhavar:

Tendrás ocasión de observar, con horror, mi otra faceta de misántropo, cuando me manifieste con mi verdadera personalidad de Mr. Edward Hyde.

No te dejes engañar por mis perfectas actuaciones representando al Dr. Henry Jekyll. Solo es un truco a ver si pillo alguna suculenta subvención a cuenta del expolio sgae y presupuestos especiales para titiriteros.

Cuando la obtenga te daré oportunidad de verme como un poseso, junto a las piras que alimentas con tus libros, quemando CDs, PCs, grabadoras, fotocopiadoras, móviles, 'ipodes' y todo tipo de artilugio sensible a las cononjias perpetuadoras de los ácaros resultantes de la hedionda higiene cultural de nuestro tiempo.

Entonces seré yo. Entonces me verás a mí.

Váitovek said...

Clandestino:

Pues vas ser todo un espectáculo.No te olvides de avisar!

Váitovek said...

Por Roma! Ah, qué grandioso espectáculo!NO basta con no leerlos.
De todas formas, veo que te horroriza quemar libros pero no le haces ascos a quemar gente.Te recuerdo que la gente arde fatal y que, como decía Chesterton " En general es una estupidez quemar a un hereje en la plaza de Cheapside" (paráfrasis).

POr cierto, me quito el sombrero con lo del Capital.Yo, como he dicho, no lo pude terminar, y además concebí un odio inextinguible a cierta clase de porsa alemana.

Viva la Litteraclastia!

Anonymous said...

¿la constitucion europea?
¿toda la publicidad electoral?
¿todos los libros del colegio?

Mary por favor, piensa en todos esos arbolitos y el musgo y los pajaritos que tendrian alrededor y luego dime que nunca has pensado que para lo que habia en ese libro mejor que no hubieran cortado el arbol xD

Jorge Castrillejo said...

El mayor desprecio que se le puede hacer a un mal libro no es quemarle, sino ingnorarle.

Anonymous said...

Sin duda la novela de Girauta. El papel es demasiado áspero como para darle otros usos igualmente merecidos.

Caco said...

Sin duda Madera de Zapatero del mamporrero Suso de Toro. O Soso del Todo. MeLucro del Todo.
Prefiero una mesa coja que tener esa asquerosidad en mi casa (Y tengo más 3.000 libros)

ruben said...

¿farenheit 451, recuerdas? ¿los nazis quemando los libros prohibidos? ¿la inquisición destruyendo los libros heréticos?
¿Para qué? Los libros que no se venden, los que nadie quiere leer, acaban como pasta de papel para hacer otros libros que tal vez nadie quiera leer y así ad infinitum.
Quemar un libro solo sirve para calentarse si te has quedado sin otro combustible. Ya lo hacía Vazquez Montalbán con su alter ego Carbalho.
Dejad que el moho cubra lo que quede de él.

Mary White said...

No he leído la novela de Girauta. Leo pocas novelas.

Anonymous said...

"leo pocas novelas" -dice- ;-)
Pues me parece que esta te gustará:

"—Todo ha sido culpa mía —empezó—. Hace tiempo que lo veía venir, pero estaba demasiado débil para hacer frente a la situación, demasiado nerviosa para defenderme. Eso es lo que pasa cuando crees que el otro es mejor que tú. Dejas de pensar por ti misma, y cuando te quieres enterar ya no eres dueña de tu vida. Ni siquiera te das cuenta, tío Nat, pero entonces ya estás jodida. Verdaderamente jodida…"

De Brooklyn Follies, Paul Auster