25 September 2007

El sentimiento de justicia a examen

Adam Smith explica en su Teoría de los Sentimientos Morales, cómo aflora y en qué consiste el sentimiento de justicia. Deja muy claro que el sufrimiento de un inocente agredido por otra persona no pasa desapercibido para quienes le rodean sino que, al revés, despierta, por simpatía, un sentimiento de profunda indignación tanto mayor cuanto mayor es el dolor infligido. La Psicología Evolucionista corrobora de alguna manera este punto de vista.


Pero, ¿qué pasa cuando el agresor es un enfermo digno a su vez de lástima?¿qué sucede si se trata de una víctima de su propia mente torturada, por ejemplo, por la esquizofrenia?

Sinceramente, no me gustaría estar ni en el pellejo de Miriam Alonso, la joven de 22 años que fue arrojada a las vías del Metro de la estación de Carabanchel (Madrid) en 2005, ni en el de la madre del acusado, enfermo de esquizofrenia, que actualmente se encuentra ingresado en el hospital psiquiátrico penitenciario de Fontcalent (Alicante). La señora declaró que los doctores que trataban a su hijo en la época en la que sucedieron los hechos nunca le informaron de que padecía brotes psicóticos o esquizofrenia paranoide.

Los jueces han hablado: 7 años de cárcel o 14 de internamiento en un psiquiátrico penitenciario. No tiene mucho sentido que exista la primera opción si se trata de un enfermo declarado que empujó al Metro a una desconocida porque se creía el hijo de Dios salvando la humanidad, según contó el psiquiatra en el juicio.

Las asociaciones de familiares y enfermos mentales piden respeto en el tratamiento informativo, comprensión con los enfermos, que aparentan frialdad y cordura pero no son sino esclavos de su propio mal. Quienes tengan cerca algún caso, sabrán del enorme dolor que estas enfermedades generan en ellos y en sus familias.

Pero ¿y Miriam? Es la víctima. Es a ella a la que hay que restituir. Y pide que su agresor no vuelva a salir a la calle. Le falta una pierna desde los 20 años. Irrecuperable. La pierna y el daño moral. Si ella pide condena de por vida ¿no es justo hacerle caso? ¿es un tercero capaz de decidir cuándo se ha restituido el mal? ¿hay venganza en sus palabras?
La existencia de los tribunales de justicia, como explica Smith, es precisamente canalizar eso: la venganza. Y además cree que los jueces son independientes cuando no dependen del Estado, cuando son privados.

Pero, sobre todo me planteo: ¿qué credibilidad tiene un sistema de justicia para las víctimas después del escándalo del violador de Val d'Hebrón?

Muy sencillo, cero.

Fuentes:
La justicia en la Teoría de los Sentimientos Morales de Adam Smith, aquí.
Declaración de las familias de enfermos mentales: aquí.
La noticia: Diario de Sevilla, ABC, Antena 3.

18 comments:

Anonymous said...

Estoy de acuerdo en que no tiene sentido la doble posibilidad de cárcel u hospital. O era responsable o no, pero no puede ser a elección del consumidor.

No creo que la justicia tenga mucho que ver con el ánimo del demandante, la verdad. Si así fuera, ¿por qué no íbamos a poder imponer a los demás también nuestro sueldo, nuestro deseo sexual o nuestro lugar de residencia?

Hasta en El Padrino, en la primera escena, se traza un límite claro entre justicia y venganza ("lo que pides no es justicia... tu hija sigue viva"); por poner un ejemplo de personas no muy meticulosas con los derechos civiles.

La historia es triste.

Mary White said...

Ya, pero, en principio, más siguiendo a Smith y a los psicólogos evolucionistas que otra cosa,(o sea, que esto es sesgado), el sentimiento de justicia, de necesidad de restitución ante un mal inflingido a un inocente, y la sed de venganza son como quien dice hermanos bastardos... Igual no entiendo qué quieres decir con "el ánimo del demandante". Independientemente de lo colérico o sereno que sea el afectado, psicológicamente todos sentimos la necesidad, al menos, de saber que aquello no se va a repetir, o que no se lo va a hacer a nadie más: que no queda impune. Incluso si uno perdona.
El tema de los límites de la justicia y la venganza no son tan claros... hay casos fronterizas que lo demuestran.
Lo del sueldo, el deseo, etc... no veo relación. El criterio del demandante es relevante porque es quien ha sufrido una agresión... El sueldo es fruto de un contrato laboral entre dos partes, ninguna de las cuales ha sido agredida previamente. Por ejemplo.

Anonymous said...

Sí, ya.
Está claro que el agresor tiene una responsabilidad con la víctima, pero no una responsabilidad ilimitada. Tendrá que haber proporcionalidad entre el daño y el castigo, y ésta es muy dudoso que se pueda confiar a la víctima. Hay que respetar la ley, pero también sería bueno saber de antemano qué castigo nos espera si la incumplimos. Si no es así no tiene sentido hacer planes a medio o largo plazo, ya que quizá mañana nos podrían expropiar todos nuestros bienes, o cortarnos la cabeza por guiñarle el ojo a una chavala.
Es decir, que si las penas las eligiera el agredido sin más límites que su sentido de restitución... habría que irse a otro país.
Lo de que no se repita nunca, etc... sí, es comprensible, pero una vez más no le corresponde a la víctima determinar qué medios son los necesarios para asegurarlo. Tú eres profesora, no? Y si cometieses un error corrigiendo un examen y el agraviado exigiese tu inhabilitación de por vida para que no reincidieses?
Además, en este caso está muy claro que el buen juicio de la víctima está nublado, ya que no valora la desgracia de su agresor.

Anonymous said...

"Infligido", no "infliNgido". Borre Vd. el comment cuando lo corrija o cuando le parezca.

Anonymous said...

Hahaha... bueno espero que no le corten la cabeza a nadie por guiñarle el ojo a una chavala, aunque en determinados países no es como para reirse...
Estoy muy de acuerdo contigo en casi todo, me parece de lo más sensato. He sacado esta noticia porque es terrible y da en un punto que a mí siempre me ha dado qué pensar: la justicia existe para la sociedad, no para la víctima. La víctima se fastidia y se adapta o perece... En especial cuando los criminales no cumplen la condena, o las condenas son un chiste. Porque si, como dices, el criminal antes de delinquir sabe que entre pitos y flautas la cosa se va a quedar en nada... planifica.

Anonymous said...

Muchas gracias Covarrubias. Con su permiso, lo dejaré. Soy responsable de mis errores.

Carlos López Díaz said...

El problema está en los legisladores. La mayoría de la gente estamos a favor de la cadena perpetua, y de de eliminar las reducciones de condena prácticamente automáticas. Pero el establishment político-intelectual ha decidido ya por nosotros que eso no puede ser, que el objetivo de las penas es "reeducar" y a aguantarse tocan. Si hubiera listas electorales abiertas, los políticos tendrían que tener mucho más en cuenta la opiniones de la gente, pero claro, eso sería una vulgaridad.

Wm Gille Moire said...

No es posible calcular la "proporcionalidad" entre daño y castigo. Todo cálculo será subjetivo y arbitrario.

Pero la ley debe contener tarifas claras y exactas (y disuasorias para criminales potenciales): vgr, una píerna = 100 mil euros (o camellos, horas de trabajo, etc). Eso sí, TODO para la víctima.

Anonymous said...

por qué para la víctima? eso es lo que me sorprende, la víctima se siente o no restituída subjetivamente, ante el mismo delito una dirá que quiere la perpetua para el agresor y otra que no, el caso es que al decidir un tercero ¿crees que la víctima quedará conforme? yo creo que depende. Y por eso, opino que la realidad es que la justicia calma la natural indignación de la sociedad y además disuade al malo y al malo potencial.
¿Por qué darle a la víctima dinero si no le va a hacer sentirse más recompensada? Y eso sin entrar en el coste psicológico del juicio para la propia víctima, que hace que no se denuncie...
No estoy diciendo que me parezca bien que no se dé nada a la víctima, sino que me parece un poco hipócrita, la verdad.

José Mateos said...

Más Binding y menos Smith.

Huber said...

Sin entrar en la cuestión (pero desde luego tienes razón en el descrédito del sistema judicial): enhorabuena por recordarnos la existencia de la Teoría de los Sentimientos Morales, un libro a menudo olvidado y que es complemento necesario a la "Riqueza de las naciones".

Junto a los enlaces que das el Edams Smith Institute sacó recientemente un análisis conjunto de ambos libros que se puede descargar gratis en PDF en su página y es muy claro y accesible.

"Adam Smith. A Primer"

Huber said...

Naturalmente lo del Edams Smith es una errata y no un sofisticado club londinense de amantes del queso holandés.

Un día de estos tengo que aprender a escribir a máquina.

Wm Gille Moire said...

Cuando la víctima ha sufrido daño corporal, es muy probable que desee venganza corporal, más que dinero. Quizá la ley debe incluir el "ojo por ojo" o pena de muerte en algunos casos. Pero con prudencia, para evitar una cadena de venganzas (guerras entre familias).

Mary White said...

wg, una de mis discusiones sin fin con Paco Capella es ésta. Si te roban o destrozan un coche y te compran uno nuevo, casi te da igual... pero el daño físico es difícil deretituir. Sin embargo no me cuadra lo de la proporcionalidad. Y desde luego, como demuestra la noticia, la víctima suele dejarse llevar por la venganza, y la gente (como decía Smith) se compadece de la víctima y puede volverse vengativa, también. El ojo por ojo es inútil ¿de qué le vale a la víctima que el agresor sufra? de nada.... le vale al agresor porque es disuasorio. La justicia está alejada de la víctima... está hecha para la sociedad, para proteger a la sociedad. Con excecpiones como el robo de algo restituible.

Wm Gille Moire said...

Mary: supón que alguien te destroza intencionalmente un ojo. Ya no tienes ojo. ¿Qué quieres que La Justicia (supuestamente encarnada en el Derecho Positivo) te dé a cambio? Opciones: obligar al agresor a que te indemnize (una buena suma); derecho a torturarlo (destrozarle un ojo, o los dos); cárcel (¿cuántos años?); muerte para el agresor; muerte para la familia del agresor (hasta la n generación); TODO lo anterior.

La justicia no es perfecta. La proporcionalidad no existe (o sólo Dios la conoce). Y tú no vas a recuperar tu ojo. Lo más que puede hacer la justicia humana es: a) restituirte un poco de lo perdido (p ej, con dinero); b) satisfacer un poco tu deseo de venganza (p ej, con más dinero, o contemplando el suplicio del agresor [algún Padre de la Iglesia decía que parte de la dicha eterna consistirá en contemplar el suplicio eterno de los malvados]); y c) disuadir (con castigos ejemplares) a agresores futuros. ¿Qué más puede hacer la pobre? Si tú lo sabes, anda, dilo ya.

Anonymous said...

Ejem...
sería muy naive apuntar que la tortura y la ejecución al amanecer no son conceptos esencialmente liberales? Hombre, está superguay lo de la inviolabilidad de la propiedad privada, y por eso me gustaría incluir mis ojos (y otras partes) en ese mismo apartado.

Anonymous said...

Otra cosa que quería preguntarte, Mary:
En ese sistema de jueces privados que sugieres ¿cómo se conseguiría que las dos partes admitiesen la sentencia, o la mera intervención del juez? Supongo que el presunto agresor estaría detenido por parte de la policía privada que hubiese contratado la víctima. Pero no creo que defiendas que el juez lo elija la víctima (también presunta, claro) de forma unilateral, no? ¿Y si no se llegase a un acuerdo? (cosa bien probable). Y ¿quién pagaría al juez? El que perdiera el jucio? No sería disuasorio para muchas víctimas con poco dinero? (no, no soy Pepe Blanco, lo juro...).

Wm Gille Moire said...

Libertyvallance, el derecho a defenderse incluye el derecho a matar y a torturar. Se mata al agresor para evitar que agreda nuevamente en el futuro. O se le tortura para obtener información y evitar nuevas agresiones, o para satisfacer el deseo de venganza y alcanzar la paz interior (que fue perturbada por el agresor).

Así pues, no hay nada "esencialmente" anti-liberal en ello. Si no se pregonan a los cuatro vientos estos derechos, es por razones de marketing.