19 June 2009

La trampa de la libertad


Desde hace un tiempo me persiguen palabras. Son palabras torturadas que aparecen en mis sueños y me piden ser liberadas. La dejadez o la maldad hacen que se pervierta el lenguaje y los mismos términos tengan varios significados, o que diferentes palabras que no lo tienen se empleen para designar el mismo fenómeno generando confusión.

Cortoplacista... Es una palabra horrible que no expresa por completo lo que quiere decir porque es demasiado técnica. Debería utilizarse corto de miras. A uno le dicen "es usted un cortoplacista" y no pasa nada, pero si a uno le acusan de tener un punto de vista miope, o ser corto de miras, parece que le están llamando tonto. No es que vivamos en un mundo en el que la política económica de estos neokeynesianos sea cortoplacista y eso nos esté llevando al traste económico (que también). No se trata solamente de eso. Es que no se valora la perspectiva temporal, no hay futuro. Y no estoy señalando a los políticos, en general. Nosotros también estamos contagiados por ese virus. No miramos más allá de nuestras narices. De momento, voy por este camino y ya me plantearé las cosas más adelante. Después de 5 o 6 mudanzas sé que dejar algo "de manera transitoria" encima de una repisa quiere decir que ese va a ser el lugar elegido para ese objeto por siempre jamás, o hasta la siguiente mudanza. Improvisamos. Nos casamos sin saber qué plan de vida tiene el elegido, llevamos al altar al que creemos que va a durar, al que tiene una familia/aficiones/educación similares, pero no sabemos qué queremos hacer en el largo plazo... y menos a qué aspira él, y no hablo de cuestiones profesionales, sino de dos vidas. Votamos por motivos muy menores sin valorar lo que este partido o el otro es capaz de traernos a medio o largo plazo. Y después nos quejamos de que no hay valores en nuestra sociedad... después de hacer entrega de ellos en una urna.

Cuando te pones a charlar, con la tranquilidad con la que se habla sentaditos en la nube teórica de sociedades pluscuamperfectas en las que los tipos que ocupan la estructura del Estado se comportan racionalmente, con la ética por delante... o los que no lo hacen porque no hay Estado, se comportan igualmente bien, se te olvida la gente de a pié.
La gente que va en mi vagón del Metro, o espera en la fila del pescado, tiene preferencias respecto a qué quiere en la vida, y si no se lo plantea por sí sola, ya surgirá alguien que le pregunte.
De las preguntas más tramposas que me he encontrado es la que da a elegir entre libertad o protección. ¿Quiere usted asumir su responsabilidad sin botella de oxígeno ni red o prefiere la protección del Estado? Y entonces el pobre incauto se mira al espejo y ve a un tipo más o menos mediocre, con entradas marcadas y camisa de cuadros y cuando vuelve la cabeza hacia el Estado ve un slogan en una valla sonriente: "Somos el cambio", "Yes, we can", "No podemos conducir por tí"... hay un ramillete para elegir.
Mi obsesión es porqué razón la gente no quiere ser libre. Obviamente, tal y como está formulada la elección es porque prefiere estar protegida. Pero lo cierto es que esa NO es la formulación correcta, lo opuesto de libertad no es protección. Es IMPOSICIÓN.

La pregunta debería ser: ¿quiere usted elegirlo o que se lo impongan? Incluso si, ante una serie de circunstancias concretas, el mejor camino es el que te pretenden imponer, yo creo que la gente que va agarrada a la barra del autobús, prefiere elegir el paquete de galletas de oferta por sí mismos a que se la repartan por narices. La confusión de las palabras es el mejor remedio: disminuye la tensión que se le crea a un individuo cuando se da cuenta de que está eligiendo no ser libre, sino que le impongan lo que tiene que hacer.

Reconozco que está muy bien diseñado... ¿quién puede elegir no estar protegido? ¡y menos en una sociedad que "nos dicen" que es competitiva, global, impersonal...! En esas circunstancias viene un tipo que te sonríe desde un cartel y te dice "Yo te protejo, cuido de que seas virtuoso, y que los demás lo sean contigo", y el hombre normal más o menos mediocre responde: "¡Qué bien!".

Y ya no escucha la segunda parte de la frase "... dame tu dinero...", ni la tercera "... y tu capacidad para defenderte...", ni la cuarta "dame tus valores para que yo decida cuáles son los mejores para todos"... Y está bien, a corto plazo estás contento... epro cuando te vas a dar cuenta, te pillas a ti mismo en el bar comentando al tipo de al lado: "Es que ya no hay valores". Eso es ser corto de miras. Eso es exactamente alguien con miopía mental.

Es la trampa de la libertad, la trampa en la que hemos dejado que caiga.

20 comments:

Ignacio said...

igual lo de mediatez / inmediatez clarifica mas, es una idea.

René Guerra said...

"Iván Ilich vio que se moría y su desesperación era continua. En el fondo de su ser sabía que se estaba muriendo, pero no sólo no se habituaba a esa idea, sino que sencillamente no la comprendía ni podía comprenderla.

El silogismo aprendido en la Lógica de Kiezewetter: «Cayo es un ser humano, los seres humanos son mortales, por consiguiente Cayo es mortal», le había parecido legítimo únicamente con relación a Cayo, pero de ninguna manera con relación a sí mismo. Que Cayo -ser humano en abstracto- fuese mortal le parecía enteramente justo; pero él no era Cayo, ni era un hombre abstracto, sino un hombre concreto, una criatura distinta de todas las demás."


La muerte de Iván Ilich - León Tolstoi

Vivimos con la íntima convicción de que todo le pasa siempre a Cayo.

Ignacio said...

lo siento: es así.


La soledad del francotirador es muy jodida, doy fe.

Tumbaíto said...

Quizá el hombre el libre (pero tanto como volador (bajo el supuesto de que un salto es un vuelo cortito)).

Los liberales reprocháis a la gente que no se ponga los calzoncillos encima del pantalón y emprenda el vuelo desde la más alta ventana de un rascacielos. Pero es que la gente incluso es menos imbécil que libre.

¿Qué preferiría, Lady Mary, ser un miembro de una banda de opresores o ser oprimida?

ECO said...

Interesante articulo aunque no comparto su punto de vista. Valores , libertades y que los ciudadanos puedan gozar de la protección del Estado no son conceptos contrapuestos ni reñidos. Ha habido épocas en el pasado en las que el Estado no garantizaba a los ciudadanos la protección de sus derechos y libertades, y por lo tanto solo disfrutaban de ellos ciudadanos pertenecientes a una minoría privilegiada con elevado poder económico y con poder dentro de la Estructura del Estado.

Sin la protección del Estado , sin que este garantice seguridad jurídica no hay derecho a la propiedad privada, la gente no genera riqueza ni la acumula , la poca acumulación de riqueza suele estar únicamente en manos de grupos y familias que disponen de poder para autoprotegerse de forma militar o mafiosa, solo hay que echar un vistazo a los países del Este de Europa o similares.

El problema sobre esto de la protección del Estado surge cuando la protección del ciudadano , de su vida , de sus derechos y libertades se convierte como pasa en España en una disculpa para oprimir a los ciudadanos y marcar la jerarquizacion social como en la actualidad ocurre en España , en donde cualquiera ya es un agente de la autoridad con capacidad de influir en la vida de los demás , vigilantes para que no bebas, no fumes, no conduzcas, no entre en la discoteca, no te bañes, detrás de todo eso no se esconde otras cosa que una política represiva por parte de determinados sectores de las clases dirigentes españolas , políticas extrañamente defendidas por el actual Gobierno Español considerado de izquierdas y progresista.

Tumbaíto said...
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Tumbaíto said...

Co-exégeta Eco,

Si se toma la molestia de estudiar el número de demandas en los tribunales de lo administrativo contra el estado verá que el estado (incluso cribando el estado el derecho para su mezquina conveniencia) es el mayor peligro para la seguridad jurídica (y no hace falta recurrir a aberraciones como el proceso de paz con eta, pues la vileza "ordinaria" del estado es suficiente.

Por cierto, hay propiedades antes que estado (y derecho antes que estado). De hecho, como bien saben los de izquierdas con cierto nivel intelectual, la propiedad es una molestia para el estado.

ECO said...

Indudablemente en estos momentos mi palabra favorita es “Intervencionismo” . Sin seguridad jurídica es inviable la propiedad privada tal como se concibe en las sociedades democráticas de nuestra época con sistemas económicos capitalistas. Claro que hubo propiedad privada antes de existir lo que se entiende como seguridad jurídica pero esta estaba en manos de unos pocos que controlaban la maquinaria del Estado , algo parecido a lo que todavía ocurre en muchos de los países de eso que se conocía como el Este de Europa o similares, cuyos gobernantes creen que el capital privado debe ser defendido por aquellos que lo poseen y ello da lugar a lo que todos conocemos, lea sobre la transformación de la economía rusa de planificada a capitalista , a una de libre mercado y lo comprenderá mejor, al no existir dicha seguridad jurídica la riqueza es controlada únicamente por unos pocos oligarcas.

Tumbaíto said...

La mía es defeasibility desde hace mucho tiempo.

Para empezar el significado de seguridad jurídica es equívoco. ¿Qué entiende usted? ¿La certeza sobre qué es y que no es derecho? ¿La diligencia en la aplicación del derecho por los operadores jurídicos?

Había más certeza sobre qué era derecho y qué no cuando este hecho se confiaba a los eruditos; esto es, a los jurisprudentes. Ellos fueron los primeros en tener una comprensión cabal del derecho. Básicamente, las democracias han decidido que derecho es lo que le sale de las narices al legislador (y así vamos).

Y en relación con la aplicación, habría que rezar de diario pidiéndole a Dios que nos libre de ser juzgados por un tribunal popular (o sea, democrático).

¿Transformación al capitalismo? Va mucho de que una fruta se pudra a que pase a ser otra fruta. Sé que losquesoncomolapajín detestan el capitalismo lo suficiente para creer que se llega a tal sistema mediante la descomposición pero eso es una idiotez.

Nicholas Van Orton said...

Más que una trampa prefiero pensar en otra añagaza: Nos ofrecen dos pisos, uno más grande que el otro. El inconveniente está en que el piso más amplio debe reformarse ya que todo está desvencijado. Por el contrario, el pisito está amueblado con mobiliario de Ikea, unos tabiques como el papel de cebolla, una pintura cuarteada y unos dormitorios tan pequeños que impiden colgar un crucifijo, por lo que Cristo debe mostrarse como un ahorcado. ¿Qué prefiere la gente? Lo que está hecho y ofrece cierta comodidad aunque no sea lo ideal. En cierta forma, renuncian al esfuerzo y se conforman con lo seguro. ¡Trabajar es muy cansado, pelirroja! Saludos.

Clandestino said...

“Resulta tan difícil y peligroso querer hacer libre a un pueblo que quiera vivir siervo, como hacer siervo a un pueblo que quiera vivir libre”. Nicolás Maquiavelo

El estado solo es un útil nacional, en manos de gente. Por sí mismo el estado es metódico, inerme e inerte, pero según en qué manos caiga puede ser ladrón, criminal, tirano, peligroso e incluso se puede dar la circunstancia de ser útil y leal a la sociedad que lo sustenta.

El problema es que la sociedad que lo sustenta no es una, ni demócrata, ni libre, sino un conglomerado social, cuya disponibilidad y acaparamiento, es disputado por los buitres que mangonean su estado y lo usan para captar su voto bien desde el embaucamiento, la estafa, el clientelismo, el nepotismo, e incluso la propia legalización del delito, pero muy especialmente por el miedo. El miedo es una losa que impide el respirar, en una nación dividida y enfrentada en sus diferentes intereses envenenados con leyes de privilegiar, excluir y discriminar, que lejos de instrumentar a la justicia, la impide aboliendo de forma automática el estado de derecho.

No es miedo a la libertad. Es miedo a los enemigos de la libertad, que destruyen sus garantías, impidiendo su articulación que a su vez impiden el estado de derecho, como su enemigo mortal.

No se opta por aceptar la protección del estado, sino que se renuncia al derecho y a las libertades, entregando el voto como cánon que permite la condición de mendicante dependiente de las mafias organizadas que ocupan el estado.

El régimen ZP hace un uso descaradamente criminal del estado, violando derechos y libertades, y privilegiando o discriminado, mediante la ley. ¿Ha sido imputado por unos solo de sus graves y múltiples delitos contra la nación, el estado o amplios y numerosos colectivos? ¿Por qué entonces seguimos manteniendo un estado que nos expolia y tiraniza?

¿Como puede elegir y votar alguien a algún político, en un estado tomado por mafias dispuestas a impedirlos a toda costa? Especialmente si a estos se les ve indicios que apunten a defender la democracia que permita flanquear y blindar con ella, el estado de derecho. Por el contrario no son pocos los foros que se alinean a la feroz campaña contra dos partidos que apuntan modos y pueden hacer ostentación práctica de control democrático sobre gobierno y oposición, como son UPyD o Ciudadanos, hasta enfrentarlos entre sí y desintegrarlos desde dentro, con el aplauso y 'altruista' colaboración de cientos de blog con cierto pedigrí, participando en este miserable linchamiento, orquestado por alguna 'mano negra'.

No pueden existir opciones libres para nadie, donde solo el miedo, la maldad y la ignorancia están garantizados y gozan de plena libertad.

Clandestino said...

Tumbaito

"Había más certeza sobre qué era derecho y qué no cuando este hecho se confiaba a los eruditos; esto es, a los jurisprudentes. Ellos fueron los primeros en tener una comprensión cabal del derecho. Básicamente, las democracias han decidido que derecho es lo que le sale de las narices al legislador (y así vamos)".

Y eso que hablas de democracia y de legislador. En un régimen con concentración constitucional de poderes, donde el que decide sobre el derecho es el individuo que actualmenta disfruta de las prebendas inherentes a los tres poderes que heredara a la muerte de Montesquieu y de Aznar, pues calificar de muladar la instrumentación de la justicia para garantizar el derecho, es ser suave y benevolente, ya que de todos sus hedores el que más destaco es el fecal.

Cincinato said...

Así vemos que gobiernos opresores muchas veces son el resultado de elecciones democráticas y una democracia opresora no resulta menos abusiva que una dictadura, sólo que su despotismo suele ser menos visible.

Podríamos preguntarnos lo siguiente ¿Garantiza la democracia la libertad?.

Después de lo que he expuesto deberíamos reflexionar bastante, pero opino con rotundidad que la libertad debe ser siempre el eje principal de cualquier sistema político.

www.lodicecincinato.blogspot.com

Hurssel said...

Siempre fue así, Meri, miedo, miedo y más miedo, y la gente pone en manos de los politicastros su dinero, su libertad y hasta su propia alma...

Lo saben y lo usan...

Clandestino said...

Ningún sistema o régimen garantiza la libertad si la ciudadanía no está dispuesta a defenderla cada día contra sus numerosos enemigos agazapados entre sus servidores.

El sistema ideal para que el ciudadano defienda sus libertades es la democracia. Pero la democracia es en sí misma un ejercicio de libertad. Es la libertad obtenida y ganada. No es posible la existencia de la libertad si no existe la actividad democrática.

La democracia no es un sistema de gobierno, sino un acto de control sobre el mismo para que este observe el rigor de la justicia que a su vez ofrezca las garantías del estado de derecho.

Ni hay democracia sin libertad, ni libertad sin democracia, por tanto sin una ni la otra, no puede existir la justicia social ni el estado de derecho.

Clandestino said...

ECO

Creo que Mary no se refiere a la protección de los derechos y libertades. Si un estado garantiza los derechos y libertades, no hay nada más que pedirle.

A lo que creo se refiere Mary es a que el estado se inhibe de garantizar los derechos y libertades, bajo una oferta de prestaciones sociales, más 'apetitosa' para determinados sectores clientelares, nutridos por hedonistas, ventajistas y vividores, que eluden así, asumir la responsabilidad de la autosuficiencia en el esfuerzo personal y en el ejercicio democrático de la reivindicación incondicional de los derechos y libertades.

Tumbaíto said...
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Tumbaíto said...

Más o menos tengo claro que atribuían a Dios los teólogos llamándole libre (de hecho, libérrimo). ¿Pero al hombre?

Aunque si soy práctico sencillamente supongo que lo que se intenta decir es que son anti-higiéncias y a combatir atribuciones del tipo: Juan Carlos I es el rey y Tumbaíto es su súbdito.

Contextos políticos que la práctica diaria no aguanta por ningún lado y sólo se sostiene gracias a creencias mitológicas de cierto número de orangutanes subdesarrollados.

ECO said...

Comprendo perfectamente a la autora del articulo, la cual superpone la libertad a todo, lo que ocurre es que muchas veces que el Estado garantice por igual a todos los ciudadanos sus derechos implica que se deben de limitar mediante leyes determinadas libertades. Evidentemente la libertad no es algo prioritario para la democracia , a lo contrario de lo que ocurría con el liberalismo político en sus comienzos, la democracia da mas valor a la justicia, justicia que implique equidad, igualdad de oportunidades, igualdad ante las ley, etc.

Tumbaito.
El concepto de seguridad jurídica es tan amplio como importante en las sociedades capitalistas de nuestra época. Sin seguridad jurídica no hay inversión extrajera , la falta de seguridad jurídica perjudica también el turismo y las relaciones comerciales entre Estados, sin seguridad jurídica la gente teme acumular riqueza, no invierte ni crea. La seguridad jurídica representa que se respecten las patentes, los derechos de autor, representa que Vd. compra una casa o crea una empresa y con que las registre en la administración que proceda llega para que el Estado y el resto de los ciudadanos consideren que es suya y no tenga que tener una legión de mercenarios para defenderla. La seguridad jurídica permite que Vd. pueda guardar su dinero en el banco y hacer transacciones sin temor a perder ni diez centavos. La seguridad jurídica representa que el Estado garantiza el cumplimiento de los contratos creando para ello figuras como la del notario. En un ambiente de seguridad jurídica las leyes no existen para oprimir a los ciudadanos sino para proteger sus derechos afectando a todos por igual, la seguridad jurídica impide todo tipo de territorialización a través de la fuerza y la violencia defendiendo así la libertad de los ciudadanos menos pudientes, la seguridad jurídica es imprescindible para que pueda existir libertad de mercado y fundamental en las sociedades democráticas occidentales de nuestra época.

Tumbaíto said...

i.) No soy economista (gracias, Señor (pues detesto la mitología)) y no sé qué es capitalismo. Supongo que esa palabra para definir un sistema económico fue informativa cuando se pasó de la agrícola edad media a la comercial edad media. En la agrícola los "capitales" eran un hecho acumulativo prodigioso (mayormente, tesoros monásticos o de la corona)que empalidecieron frente a los "capitales" que se formaban en las urbes.
Sin embargo, ahora... Ahora es una palabra propagandista. Es una voz tan huera que hasta los sociatas, sanguijuelas del erario, la profieren con satisfacción.

ii.) El estado es el mayor violador de la seguridad jurídica y, la prueba, son los tribunales de lo administrativo.

De hecho, el fin del "poder legislativo" es la violación de la seguridad jurídica.

iii.) Los derechos de autor son jurídicamente una aberración tan inmensa que sólo es comparable con la aberración que supuso el dizque derecho feudal.

iv.) Cualquier propietario en España tiene que defender su propiedad de una legión de mercenarios: los funcionarios (excepto si es noble).

v.) La creación de dinero y las operaciones de la banca han causado la actual crisis (y eso gracias a la seguridad que el estado dio a los bancos para ROBAR).

vi.)El cumplimiento de los contratos en su inmensa mayoría lo garantiza el interés de las partes y no la coerción. Cuando hay que recurrir a los jueces, el dicho gitano: "juicios tengas y los ganes".

Tiene gracia que una sociedad donde los capitales son el espejismo de la creación de dos asientos contables paralelos se llame capitalista (yo, por lo menos, lo encuentro desternillante).