Domingo de la mujer trabajadora
Por poco que escriba (ya expliqué la sobrecarga laboral) no podía dejar pasar la ocasión. Hoy es EL DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA. Y a mí, al mirar a mi alrededor, casi me dan ganas de pedir perdón.
Estos "días de", en general, me dan una vergüenza ajena enorme. Ya sé, debe ser una tara mía. Pero yo soy de esas personas que no se emociona el día de los enamorados, ni con la llegada de la primavera al Corte Inglés. Las celebraciones "todos-a-una" no me apasionan. Prefiero las juergas improvisadas que salen como de la nada y acaban en algo inconfesable.
Entiendo los días de la banderita, contra el cáncer, y cosas así, en los que todo está claro. El mensaje es "deme dinero para ayudar a quienes no pueden pagar su tratamiento". Y si te fías lo das, y si no, pues no. Pero no hay más.
En el caso de otros "días de" la cosa se agrava. No es una fiesta. Es un acto oficial. Las autoridades fruncen el ceño, se ponen serios y se dan palmaditas en el hombro por los logros obtenidos en esta legislatura (la mía). Además se recopilan tremendas estadísticas que justifican la denuncia que se reivindica con el día en cuestión. Y no es que menosprecie el dolor de los niños, o de las mujeres, o de los ancianos. No hay que olvidar que fui niña y que soy mujer. Así que me resulta bastante fácil el ejercicio de empatía en esos casos.
Pero reconozco que hoy, en concreto, me siento fatal. La sociedad vive una especie de disonancia cognitiva. Esta idea de Leon Festinger explica que cuando las personas actuamos en contra de lo que verdaderamente creemos necesitamos justificarnos. Es aplicable a todos los ámbitos. Y en este caso, creo que la celebración del día de la mujer trabajadora es una manera de justificar muchas cosas.
La señora De la Vega se va a Liberia a celebrarlo, el presidente Zapatero se declara feminista (no sabe lo que es) en apoyo a la ministra Aído (que tampoco sabe lo que es), y a todos se les llena la boca clamando contra la violencia hacia la mujer, los problemas de las mujeres que trabajan, la conciliación familiar, el derecho o no al aborto y mil cosas más. Hay un maratón a ver quién apoya más a la mujer trabajadora y liberada. Y otro, por parte de las mujeres, a ver quién da más el perfil de mujer del siglo XXI.
Este gobierno, que será recordado por destruir la igualdad ante la ley de ambos sexos (dos, no cuatro), por implantar una asignatura en la que enseñan que el sexo es algo cultural, que se propone que las niñas de 16 años tengan prohibido beber alcohol (no les vaya a dar un coma) pero puedan abortar sin consentimiento paterno... celebra el día de la mujer trabajadora, el día de la igualdad INEXISTENTE de la mujer y el hombre.
Las abuelas de la guerra y de la posguerra eran discriminadas ante la ley. Trabajaban como mulas de carga, aguantaban que sus maridos e hijos fueran a la guerra y no volvieran, sacaban hijos adelante haciendo lo que fuera, y no tenían un día especial de nada. De todas las mujeres que vivieron la guerra o la posguerra que he conocido, ni una se me quejó. "Es lo que tocaba". Alguna abortó de mala manera, alguna trabajaba en el extraperlo, alguna se divorció (antes de la guerra), alguna era cornuda sabiéndolo y se aguantaba, alguna tejía y vendía jerseys a escondidas del marido para comprar leche para los pequeños, alguna no pudo hacer una carrera universitaria porque su padre decidió que tenía que casarse. Es lo que les tocó. Y no era justo.
Cuando hablaba con ellas de la igualdad de la mujer, de la mujer en la política, de la mujer moderna, con esa rebeldía miope típica de jovenzuelos, me miraban y sonreían. Menos mi abuela que directamente soltaba la carcajada: "Ahora no sabéis hacer la o con un canuto, no sabéis sobrevivir, tu no sabes lo que es una mujer". Ella reconocía que no era justo lo que muchas de ellas vivieron, enrojecía de rabia hablando de eso, pero el planteamiento del feminismo de despacho y la cursilería le superaban, y de eso hace ya algunos años.
Una vez conseguida la igualdad ante la ley, la lucha del feminismo debería ser defender que cada mujer se haga responsable de sus actos, y de sus omisiones. Crear grupos de presión privados, voluntarios (como en las pequeñas comunidades de vecinos), que ayuden a la que no sabe cómo salir de la casa del maltratador, ayudar a buscar apoyo legal, denunciar cuando la ley no se cumpla. No hay mucho más. ¿Y si no me aceptan en una empresa privada por ser mujer? Creemos empresas para mujeres. Busquemos otros trabajos. Seamos mucho más eficientes que los hombres para que el empresario vea claro que está perdiendo. Pero esos silencios, esa dejadez esperando la nueva ey que subvencione, que coarte la libertad del empresario, de manera que se me den por ley lo que no tengo valor para reclamar, es fomentar la irresponsabilidad de las mujeres y, lo que es peor, hacerlas dependientes para siempre del Estado proveedor de leyes, remedios y dineros.
La situación actual es bochornosa para la mujer. La que elige por principios, o porque le da la gana, quedarse en casa, cuidar de los hijos, y si tiene dinero para contratar ayuda, peor aún, es mirada con una mezcla de asombro y desprecio por muchas otras digno de estudio. ¿Qué mujer puede erigirse en juez de las demás? ¿Soy yo mejor mujer por trabajar que la que no lo hace? Pues no. Ni al revés.
El maltrato es aún más delicado. En el siglo XXI, en un país tan super-vanguardista como España de las Multiculturas, el hombre es culpable por razón de su sexo. Es inferior ante la ley. Cualquier amenaza de una pareja de un ex es delito si proviene de un hombre y falta si se trata de una mujer. ¿No es como para avergonzarse de un día como hoy?
Los hombres maltratados psicológicamente, humillados, manipulados, expoliados por abogados de ex-esposas con más cara que espalda, apenas pueden ver a sus hijos, como si la misión del padre fuera irrelevante.
Se sobrevive sin padre... y sin madre. Pero no por ello hay que elevarlo a categoría familiar. Monoparentales, extendidas, el número de tipos de familias en los manuales de Educación para la Miseria de Nuestros Niños es creciente, a ver quién da más. Se sobrevive casi de cualquier manera, se dan casos excepcionales, pero ¿hay que generalizarlos? El otro día pensaba en esto y me acordé de Mowgli: un niño criado primero por una manada de lobos y después por una pantera y un oso. Sobrevivió y le fue bien. ¿Habría que legalizar la adopción de niños por lobos, panteras y osos?
En un día como hoy, reivindico más que nunca la igualdad de hombres y mujeres ante la ley.
Estos "días de", en general, me dan una vergüenza ajena enorme. Ya sé, debe ser una tara mía. Pero yo soy de esas personas que no se emociona el día de los enamorados, ni con la llegada de la primavera al Corte Inglés. Las celebraciones "todos-a-una" no me apasionan. Prefiero las juergas improvisadas que salen como de la nada y acaban en algo inconfesable.
Entiendo los días de la banderita, contra el cáncer, y cosas así, en los que todo está claro. El mensaje es "deme dinero para ayudar a quienes no pueden pagar su tratamiento". Y si te fías lo das, y si no, pues no. Pero no hay más.
En el caso de otros "días de" la cosa se agrava. No es una fiesta. Es un acto oficial. Las autoridades fruncen el ceño, se ponen serios y se dan palmaditas en el hombro por los logros obtenidos en esta legislatura (la mía). Además se recopilan tremendas estadísticas que justifican la denuncia que se reivindica con el día en cuestión. Y no es que menosprecie el dolor de los niños, o de las mujeres, o de los ancianos. No hay que olvidar que fui niña y que soy mujer. Así que me resulta bastante fácil el ejercicio de empatía en esos casos.
Pero reconozco que hoy, en concreto, me siento fatal. La sociedad vive una especie de disonancia cognitiva. Esta idea de Leon Festinger explica que cuando las personas actuamos en contra de lo que verdaderamente creemos necesitamos justificarnos. Es aplicable a todos los ámbitos. Y en este caso, creo que la celebración del día de la mujer trabajadora es una manera de justificar muchas cosas.
La señora De la Vega se va a Liberia a celebrarlo, el presidente Zapatero se declara feminista (no sabe lo que es) en apoyo a la ministra Aído (que tampoco sabe lo que es), y a todos se les llena la boca clamando contra la violencia hacia la mujer, los problemas de las mujeres que trabajan, la conciliación familiar, el derecho o no al aborto y mil cosas más. Hay un maratón a ver quién apoya más a la mujer trabajadora y liberada. Y otro, por parte de las mujeres, a ver quién da más el perfil de mujer del siglo XXI.
Este gobierno, que será recordado por destruir la igualdad ante la ley de ambos sexos (dos, no cuatro), por implantar una asignatura en la que enseñan que el sexo es algo cultural, que se propone que las niñas de 16 años tengan prohibido beber alcohol (no les vaya a dar un coma) pero puedan abortar sin consentimiento paterno... celebra el día de la mujer trabajadora, el día de la igualdad INEXISTENTE de la mujer y el hombre.
Las abuelas de la guerra y de la posguerra eran discriminadas ante la ley. Trabajaban como mulas de carga, aguantaban que sus maridos e hijos fueran a la guerra y no volvieran, sacaban hijos adelante haciendo lo que fuera, y no tenían un día especial de nada. De todas las mujeres que vivieron la guerra o la posguerra que he conocido, ni una se me quejó. "Es lo que tocaba". Alguna abortó de mala manera, alguna trabajaba en el extraperlo, alguna se divorció (antes de la guerra), alguna era cornuda sabiéndolo y se aguantaba, alguna tejía y vendía jerseys a escondidas del marido para comprar leche para los pequeños, alguna no pudo hacer una carrera universitaria porque su padre decidió que tenía que casarse. Es lo que les tocó. Y no era justo.
Cuando hablaba con ellas de la igualdad de la mujer, de la mujer en la política, de la mujer moderna, con esa rebeldía miope típica de jovenzuelos, me miraban y sonreían. Menos mi abuela que directamente soltaba la carcajada: "Ahora no sabéis hacer la o con un canuto, no sabéis sobrevivir, tu no sabes lo que es una mujer". Ella reconocía que no era justo lo que muchas de ellas vivieron, enrojecía de rabia hablando de eso, pero el planteamiento del feminismo de despacho y la cursilería le superaban, y de eso hace ya algunos años.
Una vez conseguida la igualdad ante la ley, la lucha del feminismo debería ser defender que cada mujer se haga responsable de sus actos, y de sus omisiones. Crear grupos de presión privados, voluntarios (como en las pequeñas comunidades de vecinos), que ayuden a la que no sabe cómo salir de la casa del maltratador, ayudar a buscar apoyo legal, denunciar cuando la ley no se cumpla. No hay mucho más. ¿Y si no me aceptan en una empresa privada por ser mujer? Creemos empresas para mujeres. Busquemos otros trabajos. Seamos mucho más eficientes que los hombres para que el empresario vea claro que está perdiendo. Pero esos silencios, esa dejadez esperando la nueva ey que subvencione, que coarte la libertad del empresario, de manera que se me den por ley lo que no tengo valor para reclamar, es fomentar la irresponsabilidad de las mujeres y, lo que es peor, hacerlas dependientes para siempre del Estado proveedor de leyes, remedios y dineros.
La situación actual es bochornosa para la mujer. La que elige por principios, o porque le da la gana, quedarse en casa, cuidar de los hijos, y si tiene dinero para contratar ayuda, peor aún, es mirada con una mezcla de asombro y desprecio por muchas otras digno de estudio. ¿Qué mujer puede erigirse en juez de las demás? ¿Soy yo mejor mujer por trabajar que la que no lo hace? Pues no. Ni al revés.
El maltrato es aún más delicado. En el siglo XXI, en un país tan super-vanguardista como España de las Multiculturas, el hombre es culpable por razón de su sexo. Es inferior ante la ley. Cualquier amenaza de una pareja de un ex es delito si proviene de un hombre y falta si se trata de una mujer. ¿No es como para avergonzarse de un día como hoy?
Los hombres maltratados psicológicamente, humillados, manipulados, expoliados por abogados de ex-esposas con más cara que espalda, apenas pueden ver a sus hijos, como si la misión del padre fuera irrelevante.
Se sobrevive sin padre... y sin madre. Pero no por ello hay que elevarlo a categoría familiar. Monoparentales, extendidas, el número de tipos de familias en los manuales de Educación para la Miseria de Nuestros Niños es creciente, a ver quién da más. Se sobrevive casi de cualquier manera, se dan casos excepcionales, pero ¿hay que generalizarlos? El otro día pensaba en esto y me acordé de Mowgli: un niño criado primero por una manada de lobos y después por una pantera y un oso. Sobrevivió y le fue bien. ¿Habría que legalizar la adopción de niños por lobos, panteras y osos?
En un día como hoy, reivindico más que nunca la igualdad de hombres y mujeres ante la ley.
14 comments:
Me gusta mucho su articulo cuyo contenido comparto casi por completo, pues considero positivo que exista una asignatura como educación para la ciudadanía, aunque a través de ella se intente algún tipo de socialización equivocada difundiendo contenidos que no comparto, la educación de los jóvenes no debe depender solamente de los padres sino también del Estado, pues el futuro del país y del resto de la sociedad estará en mayor o menor grado en manos de esos ciudadanos.
¿ Que es una mujer?, con frecuencia es una pregunta que me suelo hacer pues percibo que muchas mujeres quieren renunciar a su condición de mujer que las hace diferentes del resto de humanos, de los hombres. Por ejemplo muchas mujeres no desean asumir que la naturaleza les ha asignado una función social que solo ellas pueden ejercer que es la contribuir a la supervivencia de la raza humana , pues que yo sepa ,por ahora, los que vienen de Paris no son precisamente bebes, otras quieren, exigen ocupar puestos para los que no son las personas mas idóneas por su constitución fisica.
En nuestra época no creo que nadie se atreva públicamente a negar a las mujeres los derechos de que debe de disfrutar todo ciudadano, de igual forma es evidente que detrás de muchas reivindicaciones de colectivos de mujeres se esconde una feroz lucha por el poder, desde hace tiempo se sabe ya que en Bruselas actúa un lobby de mujeres seguramente unidas por algún otro tipo de vinculo que el de su sexo. No creo que la paridad que impone la nueva ley de Igualdad sea beneficiosa para la sociedad, la mujer a igual que los hombres debe de ocupar aquellos puestos para los que este mejor cualificada, sea mas idónea y sea elegida, una persona no debería ocupar un determinado puesto en una papeleta electoral de un partido político únicamente por su condición de mujer, es un grave error defender que las mujeres ocupen superiores puestos de responsabilidad empresarial, política, etc., simplemente, repito , por su condición de mujer.
Yo opino que la educación no debe depender del Estado, ECO.
Creo que no se debe poner freno a que las mujeres ocupen puestos que no son tradicionales o incluso aquellos que en principio son impensables porque se requiere el uso de la fuerza, pero estoy en contra de que se les facilite el acceso.
No creo que la mujer sea solamente una máquina de hacer nños, y creo que la mujer sin hijos es tan mujer como las demás.
Hy en día, fuera del mundo privilegiado en el que vivimos, muchas mujeres, son masacradas por ser mujeres. Son mutiladas en sus genitales para que no sientan placer, son tratadas como perros, como cosas, preparadas para ser vendidas, etc.
Por eso es casi cruel que nuestro gobierno viole la igualdad ante la ley, y acabe con el trabajo de las feminsitas del pasado que simplemente exigían eso: no ser iguales, excepto ante la ley. Reivindoco mi diferencia pero eso no me lleva a despreciar al hombre. Al revés, soy colaboracionista, por llamarlo de alguna manera. No debe haber lucha de sexos, ni desprecio hacia las características del otro. Pero no impondría mis ideas por ley.
Lógicamente la mujer además de ser una maquina de hacer niños es otras muchas cosas mas, pero es imprescindible que haga niños, o queremos que nuestra raza y con ella nuestra cultura vaya desapareciendo y que nuestros países sean invadidos por gente proveniente de otras culturas en las que las mujeres por diferentes razones, culturales, religiosos, laborales siguen pensando que su prioritaria función social debe ser la de hacer niños.
Evidentemente con mis comentarios me estoy refiriendo y juzgando a la sociedad a la que culturalmente pertenezco y no a otras sociedades con otras culturas cuyos miembros profesan otras religiones y en las que por ejemplo no solo esta permitida la poligamia sino que esta se fomenta de diferentes formas, algo ni permitido ni aceptado en nuestra sociedad.
El problema es ese el “acceso”, se impone y facilita el acceso de la mujer a puestos para los que no son las mas idóneas ni cuentan con mas apoyo social.
No debe de haber lucha de sexos , pero las hay, y lo mas curioso de todo esto es que cuando la mujer entabla algún tipo de lucha contra hombres en un contexto laboral, político, o simplemente social, suele recurrir para poder ganar a otros hombres, muchas veces incluso de otras culturas o incluso de la oposición o de alguna forma enemigos, complicándose y agravándose tremendamente el asunto, comprendes, sin ser monárquico te recordare que en España todavía existe la denominada en el pasado ley salica, que obliga a que la herencia de la corona recaiga sobre el varón, ley que ha originado ya en el pasado varias guerras.
¿Y cuales son las mujeres no trabajadoras? ¿Como se les reconoce y diferenica de las que lo son? ¿Significa que para estos cenutrios, las "Marujas" de "sus labores" no son trabajadoras? Esto evidencia que el día de la "mujer trabajadora" es "su" celebración y no la de "ellas". Realimentan la inoculación del recordatorio para el imaginario colectivo, con razones que de forma subliminal, mantiene latente el enfrentamiento que fraccione al propio colectivo, renombrándolo en diferentes colectivos. Sería muy peligroso que todas las mujeres formaran un frente común, contra los estafadres que las 'amparan'. Gremiarlas y dividirlas con diferentes cualificaciones, homenajeando a algynas, las mantedrán donde y como las necesitan.
Gran parte de esas desigualdades tienen si origen en la demonización de los propios colectivos, al pretender exaltar su victimismo. Así muchas mujeres desprecian y restan dignidad a las que en el ejercicio de su libre albedrío prefieren ser amas de casa en su propia casa, como algo tan digno como serlo en casa ajena por dinero. Unir la liberación de la mujer con su actividad laboral, o con algunas de ellas, es cuando menos, ingenuo.
Las mujeres y los hombres nunca fueron iguales, ni nunca tuvieron igualdad, pero se encargaron muy bien de que eso continuara siendo así en el momento que alguien se encargó de organizar su "rescate" desde el estado y organizaciones civiles y, curiosamente, casi nunca lideradas por hombres, considerados su 'enemigo' natural. No se combatió el machismo, sino que se utilizó para justificar la necesidad de una ley especial que las privilegia a ellas y se consagra la desigualdad, dentro de la propia legalidad, manteniendo intacto el machismo, que justifica a los salvadores. Ahora es la ley criminal por sectaria, la que sustenta, tutela y perpetúa la desigualdad, manteniendo la de las mujeres y sumando la de los hombres, pasándose el derecho y la justicia, por todo el arco. Antes las mujeres eran objeto del abuso machista y ahora hombres y mujeres son víctimas del abuso de la ley.
Afortunadamente existe la desigualdad natural entre hombre y mujer como algo tremendamente maravilloso, por sus diferencias. Estupendo y perfectamente complementado.
La desigualdad jurídica para el privilegio-discriminación, viola derechos y por tanto es sencillamente criminal, sin más.
Ni hombre ni mujer. Ante la ley y ante la justicia, solo caben las mismas garantías de amparo a sus mismos derechos, como personas. Ante la justicia hombre y mujer pierden sus distingos genéricos, para ser únicamente personas humanas, por encima de cualquier otra consideración. Hombre y mujer, genéricamente distintos y jurídicamente fotocopias, con los mismos derechos que deben ser amparados en rigurosa igualdad ante la justicia. Punto.
El resto son guerras inventadas, para justificar vividores y sus respectivas vividurías, facturadas a su cuenta.
Igual ocurre con colectivos y xenofobias varias, homosexuales, gremios cejas y otros niveles de estulticia o idiocia, 'cobijados' bajo el amparo aliñado con intereses bastardos de aforados, y multitud de untados, con la misión de generar indefensión, desigualdades y enfrentamientos con cuyos actos miserables y criminales, justifican su agusanada existencia. Echar mierda, para justificar su expolio con la necesidad de limpiarla, dedicándose a mantenerla, removerla y salpicarla a los "fascistas", "homófobos" o "machistas" que se lo reprochan.
Cuando el estado está en manos de cortitos surrealistas, como esta el nuestro, tomándose atribuciones que violan derechos naturales y recogidos en nuestra Constitución, como es el derecho paterno a decidir la educación de sus hijos, es fácil que cunda la confusión entre algunos que no tengan claro la asunción de algunas de sus reponsabilidades ineludibles, con sus hijos.
El estado está obligado a ofertar una "enseñanza", competitiva con la privada, de igual o superior calidad. Pero jamás a inmiscuirse en la educación de los hijos de nadie. Al menos de aquellos que no lo deseen, ejerciendo por sí mismos, o por sus canales de su libre elección, tan importante responsabilidad.
El hecho de que exista una asignatura de educación es una flagrante violación del derecho constitucional. Que se imponga a todos los alumnos, tanto en centros de enseñanza públicos como privados, es adoctrinamiento al más puro estilo estalinista, además de una intromisión intolerable. Cualquier padre que deposite en el estado la responsabilidad de educar a sus hijos, está dejando claro que estos y su futuro, les importa un bledo.
¿A quien le puede importar su hijo, si no le importa su educación y permite que se lo adoctrine una camarilla de ignorantes ineptos, que viven de violar derechos?
Mary
Buena entrada, analizando lo que hay frente a lo que debiera haber. No se trata de "dar" derechos a las mujeres, sino de imputar delitos a todo el que los viole a cualquier persona. Persona. Hombre o mujer. Una única ley para todas las personas, con una única interpretación de la misma, indistintamente para hembra o varón. Aumentar el derecho de alguien pasa irremisiblemente por disminuirlo a otro alguien. Eso solo puede pasar en una sociedad donde se acepta como forma de vida, el privilegio ventajista a costa de lastrar en la discriminación, a otros, con incriminaciones masivas, que solo sirven para enquistar los problemas cerrándole las puertas a la convivencia entre todas las personas, desde la naturalidad del respeto al derecho de cada cual y a la justicia que lo salvaguarda.
Me ha encantado...
De vez en cuando alguien escribe algo tan agudo y sólido como esto, y le alegra el día, y por día quiero decir, toda la semana.
Joer, pues sí, el día de la mujer trabajadora es una solemne chorrada! y encima cae domingo, para mí, como si fuera el del bocadillo de chorizo, y como bien decían algunos, es discriminatorio, no hay ya un 1º de Mayo? a menos que incluyan a las ama de casa, que aunque curran mucho, creo, no es el caso.
Pretender "igualdad" cuando no se es igual... qué igualdad? llaman igual a cosas distintas, como dice Clandestino, igualdad de derechos y de obligaciones, pero por ser ciudadano, olvidándose que se tiene un sexo o género, porque dentro del mismo sexo, también hay desigualdad...
Siempre he pensado que al amparo de la ley, la mujer ha tenido las de ganar, como dice Mary, allanándonos el camino... lo que ocurre es que gracias a Dios, no todas son unas HP, ni todos son unos machistas. Cuando trabajas con muchos hombres y sólo una mujer, notas ciertos resquemores, sí, pero una ha de mostrar su valía si pretende que un tío le deje el taladro, si lo haces bien, te aceptan. Si te echan una mano, que sea como si se la echaran a otro tío, sólo porque la necesitas, pero que ellos tengan que hacer el trabajo duro porque son más fuertes... pues hay de todo, os garantizo que aquí, la menda, maneja muy bien el taladro!! jajaja!
Por otro lado, yo que soy hija de separados a temprana edad, y ya hace unos cuantos años, por lo menos, vi como mi madre nunca privó a mi padre del derecho a ejercer de lo que era "padre", como ví, que mi padre nunca dejó de ayudar a mi madre en lo que podía, aunque para ser justo, algo de tirantez había. Y digo esto por todas esas mujeres caraduras que chupan todo lo que pueden al marido, y encima no dejan que tengan un padre, se merecen una corona de reinonas y sinvergüenzas. Vale que la madre, hasta cierta edad, tienen un hilo de unión natual preferente, pero eso no le da derecho de privar a sus hijos, sólo le responsabiliza de hacerse cargo, y en más de una ocasión, él, lo hace mejor... en fin.... Que me quedo con el colaboracionismo de Mary, es lo más sensato, porque a mi los chicos, me gustan y mucho! jajaja!
Fantástica entrada María.
¡¡MUY BIEN DICHO MARY!!
Estoy de acuerdo con todas y cada una de tus palabras.
Muy buen post.
Y yo creyendo que era la única que pensaba así...es la leche.
Genial Maria.Has dado en la diana. Creo que la mayoria de las mujeres no nos sentimos identificadas con este dia. No creo en hombres y mujeres; creo en las personas....
Perdón por entrar donde no me han invitado.
Pero no puedo estar más de acuerdo con tu entrada. Estoy del tema de "la mujer" hasta el gorro, digo de la cosa ésta, oficial y pesadísima.
Gracias
Aurora
Con más isonomía y menos discriminación nos sobran este afán laicista de santificar días.
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