27 September 2008

A vueltas con la crisis: la cabeza de Juan el Bautista


Los gobiernos reunidos del mundo piensan soluciones para la crisis. Bush juega al rescate y le dura un día, como contaba Jorge Valín en su blog. Solbes, Sarko... todos se rasgan las vestiduras y sacan percheros de sus bolsos como Mary Poppins, para salvar la economía de la crisis.

La gente necesita caudillos, salvadores, que les señalen culpables y que aseguren tener la solución. Eso tanto en el ámbito personal como en en el más gregario. ¿Por qué hay sufrimiento de inocentes?¿Por qué mueren niños?¿Por qué hay ricos muy ricos y pobres muy pobres? A nuestra sociedad no le vale un "la vida es así" ni cosas por el estilo. Pensamos que un niño es inocente y no merece sufrir una enfermedad. Y no somos capaces de asumir que el cuerpo humano es imperfecto y que la enfermedad no discrimina...
Hay ricos y pobres porque tenemos diferentes capacidades y no nacemos todos en el mismo sitio. El comercio surgió como medio de compensar espontáneamente las diferencias recompensando a quienes tienen habilidad e imaginación. Y la generosidad y el altruismo son las virtudes que permiten compensar a quienes nacieron en un entorno menos favorecido y no tienen esas dotes. Pero, por supuesto las cosas no son tan simples, vivimos en un mundo complejo y la mayoría de los fenómenos sociales no tienen una única causa. Las crisis económicas son uno de ellos.

Por más que sea un consuelo que venga el presidente del gobierno de turno, el ministro correspondiente o toda una pléyade de economistas, tertulianos, blogueros y profetas de última hora con la cabeza de Juan el Bautista en la mano, no hay una única causa, ni las diferentes razones que explican la actual crisis se han gestado en diez meses.

Recuerdo los artículos de Juan Ramón Rallo desbrozando el campo y señalando la responsabilidad de la Reserva Federal y el sistema bancario en los orígenes de la crisis:


El proceso por el que se prestaba este dinero violaba los principios tradicionales de la gestión bancaria. Los bancos invertían en activos a largo plazo (créditos hipotecarios) los fondos que recibían en forma de deuda a corto (depósitos a la vista), con la esperanza de atender estas obligaciones a corto plazo reendeudándose en los mercados monetarios interbancarios.

(4 de diciembre del 2007)

Y de todo eso, creo que hay que destacar la primera frase del segundo párrafo: se violaron los principios tradicionales de la gestión bancaria. Los bancos ahora caen como moscas... y no son los únicos responsables.

La cabeza de Juan el Bautista de nuestra crisis es el malvado capitalismo, por supuesto. Todos parece saber (a posteriori) que algo así iba a pasar... ya te dije que esto iba a acabar como el rosario de la aurora. Ha faltado regulación, oiga, ¡si estaba clarísimo!... Pues a lo mejor no tanto. Allá por enero, en su blog, Todo un hombre de Estado, Rallo decía
Es cierto que se ha extendido mucho el crédito, reconocen los monetaristas, pero el problema es que no se ha expandido bien y de manera supervisada, de ahí que haya afluido hacia malas inversiones (como las hipotecas subprime, altamente arriesgadas), lo que además se ha visto agravado por la opacidad de los nuevos productos financieros que pretendían diversificar el riesgo total de sus activos. Los neoclásicos no dan su brazo a torcer y se niegan a renunciar a sus juguetitos del Banco Central, del dinero fiduciario y de la expansión crediticia. Por supuesto que los austriacos llevamos más de medio siglo diciendo que las expansiones de crédito fiduciario se traducen en malas inversiones, ¿pero para qué escucharnos? Seguimos sin tener razón, ya que esta crisis se debe a la deficiente regulación del Estado, al igual que la del 29 se debió a la falta de intervencionismo keynesiano (lo que muchos siguen defendiendo hoy pese a la bancarrota intelectual del keynesianismo en los 70).
(23 de enero del 2008)
El otro día en la radio me decía un compañero de tertulia "Bueno, pero una vez que tenemos la crisis encima... ¡algo hay que hacer! Y la Fed y los gobiernos no pueden quedarse quietos, ¡nos hundimos todos!".
Desde luego, no hay soluciones mágicas, pero unas políticas públicas son mejores que otras. En el último Boletín del Observatorio de Coyuntura Económica del Instituto Juan de Mariana, Juan Ramón Rallo, su director, concluye
Como decía Gabriel Calzada en su artículo del domingo pasado en El Mundo,
Después de llevar meses tratando de solucionar un problema de solvencia entregando los activos más líquidos de los bancos centrales a cambio de auténtica basura sin aparentes efectos positivos, la Fed y el Tesoro idean ahora crear un trust público que compre los activos de mala calidad de la banca, trasladando así las sospechas y la presión a la deuda pública y al dólar. El riesgo moral se disparará y muchos se quedarán sin recibir la sana lección del mercado en forma de pérdidas. Mientras Bernanke y Paulson idean desesperadamente cómo salir del lío en el que ellos mismos nos han metido -con sus intervenciones sobre los tipos de interés y sobre las quiebras empresariales- socializando las pérdidas, nosotros deberíamos reflexionar sobre cómo sustituir el diseño institucional intervencionista que nos ha llevado al borde del precipicio.
Por desgracia, me temo que no será mi última entrada sobre la crisis.
*NOTA: Una recopilación de lecturas sobrela crisis desde el punto de vista de la escuela austriaca por gentileza del Mises Institute, aquí.

16 comments:

Al Neri said...

Mary, pienso que a la visión que das de la pobreza, de la riqueza y de la generosidad, le faltan muchos matices. Tener unas capacidades y nacer en un sitio determinado son factores aleatorios, sí pero yo no creo que condicionen de forma determinante la riqueza y la pobreza, toda vez que hay gente muy poco inteligente forrada de dinero y multimillonarios en los países menos desarrollados (normalmente los dictadorzuelos de turno).
Creo que la clave está en la fuerza y en el poder que históricamente se ha ejercido por unos grupos contra otros, por motivos muy diversos y muy complejos.

Mary White said...

Al Neri, claro que la visión que expongo de la riqueza y la pobreza es simplista... porque sobrevuelo,no es el tema del post. Solamente trato de decir que la redistribución de la riqueza o la "justa" distribución de la riqueza en demasiado complejo como para plantearlo como Robin Hood "te quito a ti y se lo doy a ese".

Enrique Baltanás said...

Espléndido post. Clarísimo. Pero ya se ve que la mayoría no va por ahí. ¿Quién se atrevería en España, por ejemplo, a eliminar el salario mínimo? Para crear empleo, hay que empezar por coas así. Pero cualquiera se atreve!

Al Neri said...

Enrique Baltanás, a mí me parece mucho mejor derogar en bloque todos los derechos de los trabajadores. ¡Qué es eso de que los obreratas tengan salarios mínimos, vacaciones y subsidio de incapacidad temporal!, ¡un atraso para el sistema de libertades!, ¡un freno a la expansión económica!, ¡una vergüenza!

Mary White said...

Al Neri, el salario mínimo impide que los menos favorecidos,y los más débiles que trabajarían por menos (mujeres, jóvenes,inmigrantes, discapacitados), o más horas extras, o en días no laborables, etc... porque lo necesitan, se ven impedidos a pactar sus condiciones de trabajo y la alternativa es el paro... que les hace dependientes del Estado.
Parece a primera vista que eso delsalario mínimo "digno", etc., es deseable para evitar abusos e injusticias, pero piensa que deja en el paro a mucha gente, que son los trabajadores más vulnerables. Y el paro ¿es más "digno" que trabajar en peores condiciones?

Tumbaíto said...

Lady Mary, aún con casi una botella de vodka en mi cuerpo (mi record) no me creería esto:

"El comercio surgió como medio de compensar espontáneamente las diferencias recompensando a quienes tienen habilidad e imaginación".

Seguramente los más inteligentes (o como usted diría: "quienes tienen habilidad e imaginación" (si no cree que sea lo mismo, borre inteligentes y ponga su frase)) están más capacitados para entender el mercado. ¿Pero eso implican que salgan más beneficiados por el mercado que los estúpidos? ¡En absoluto!

Y no surgió como medio de nada (yo es que soy de los que se creen que es espontáneo).

Por cierto, ni a la sociedad le debería servir "la vida es así" ni a usted (conste que no digo que sirva). Las castas no sólo son estúpidas sino que además tienen detrás de sí muy mala filosofía.

bastiat said...

Que lastima, Mary. Un comentario, como resumen de todo lo que está pasando y acabando con las soluciones, las únicas soluciones coherentes a la crisis y nos siguen echando a la cara los pobres, el mercado, la inteligencia o la incapacidad...

¡¡¡¡no se pueden tocar los “derechos sociales”!!!

Señores... la economía es la que es y en un sistema en el que todo se cambia y todo se produce o se gasta, o se atesora, o se invierte para producir mas, la intervención no elimina las distancias sociales sino que las estabiliza, y eso no es lo peor, establece castas, si ahora sí que es oportuno hablar de castas, dedicadas unos a vivir de la gestión de las ayudas sociales, otros a vivir de hacer que hacen realidad esas ayudas sociales (constructores de VPOs como ejemplo paradigmático) y muchos, cada vez mas, a buscar cómo vivir de esas ayudas sociales usando para ello toda clase de triquiñuelas.

En un mercado libre, lo mas libre posible, quienes buscan encuentran. Quienes buscan buenos trabajadores los encuentran, quienes buscan mejores sueldos los encuentran y todo porque nadie obliga a nadie a “casarse” ni con un empresario ni con un trabajador.

Pero es que de lo principal que se está halando desde las filas austríacas es que el mal ha venido principalmente por la intervención de los bancos centrales en busca de drogar, dopar, a la economía para que las estadísticas de crecimiento cuadren en el momento oportuno para ganar unas elecciones....

Y así nos va. Si el Estado tuviera prohibido la intervención en el mercado monetario y financiero mucho de lo que ha pasado no hubiera ocurrido.

Al Neri said...
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Al Neri said...

Mary White y Bastiat, en esta cuestión tenemos ópticas opuestas (y os juro que yo no soy comunista, :-) )

Voy a intentar explicarme, aunque supongo que todos tenemos ya posturas muy inamovibles y respuesta para todo lo que puedan contestarnos. Sólo ruego un poquito de reflexión.

Decir que por culpa del SMI hay más parados me produce escándalo, en serio. Sin duda lo que voy a decirte choca frontalmente con tu filosofía, pero creo que el Estado no puede dar vía libre a ciertos pactos sólo porque exista gente que esté dispuesta a suscribirlos. Por usar terminología jurídica: hay bienes que son indisponibles y entre ellos se encuentran la libertad y la dignidad de las personas. Porque existan individuos que por mil motivos estén dispuestos a firmar un contrato que les obligue, por ejemplo, a que un señor disponga libremente de su tiempo, de su vida, de su capacidad de tener hijos, de su futuro, de sus sueños, de su familia, de su autoestima... no por eso deben legalizarse tales contratos. Creo que hemos alcanzado unos niveles mínimos de civilización y de sensibilidad hacia el ser humano como para permitir cosas así.

No sé si has visto la película Stico, de Jaime de Armiñán . Míratela y dime: ¿Qué pasaría si dos personas quisieran pactar que una de ellas quedara sometida a la otra en régimen de esclavitud(trabajar sólo a cambio de comida y techo, y con obligación de pedir permiso para cualquier actividad personal)?, ¿crees que es lícito, moral?, ¿piensas que en nombre de la libertad el Estado debería abstenerse de intervenir en este tipo de negocios jurídicos? Si piensas eso, de verdad, Mary, no tengo nada más que decir al respecto.

Bastiat, por favor: ¿Es realista pensar que a ningún trabajador le obligan a casarse con ningún empresario?, ¿te parece que ambas partes son igual de libres para decidir sobre el contrato? El trabajador es libre, claro. Libre de escoger entre aceptar las condiciones del cruelmente llamado mercado laboral (como si los trabajadores fueran productos) o morirse de hambre él y su familia.

Tumbaíto said...

Nunca he entendido la expresión "tenemos ópticas diferentes".

Suena a relativismo vergonzante.

Cualquier persona mínimamente conocedora del mundo laboral (y si además sabe de teoría de juegos ya ni les cuento) sabe que:

i.) el paro es una bendición para los empresarios (efectivamente, o tragas o a la puta calle y que te contrate el del bombo).

ii.) que lo importante para el trabajador no son todas las cláusulas legales que los leguleyos puedan escribir en un papelucho (lo más probable es que el trabajador no tenga ni dinero, ni abogado competente, ni tiempo para actuarlas en un juicio) sino un mercado laboral lo bastante efectivo como para decirle al jefe: "aquí te quedas, jo puta, que yo me las piro".

Además no deja de ser curioso que los que más defiende la "igualdad contractual" son los estatistas cuando en los contratos con la administración no rige ese principio.

Al Neri said...

Tumbaíto, yo creo que puedo ser de todo menos relativista (el liberalismo en cambio se supone que lo es). Con lo de ópticas o puntos de vista diferentes, sólo quiero decir que Mary y yo pensamos muy distinto en este tema. ¿Qué quieres que haga para no parecerte relativista y vergonzante?, ¿que me ponga a insultarla o a comportarme como un fanático en un blog que me parece interesante al margen de coincidir o no con algunos de sus planteamientos.

Cualquiera con conocimientos elementales de derecho administrativo sabe muy bien que la "desigualdad" en los contratos con las Administraciones públicas (ius variandi, ius interpretandi, etc) responde a que éstas sirven a los intereses generales y el empresario no.

Mary White said...

Tumbaíto,intentaré explicarme mejor. El mercado beneficia a todos. Los beneficios del mercado son subjetivos, no cuentan solamente los pecuniarios, y en ese sentido, no solamente quienes supuestamente tienen éxito en el mercado son beneficiados.

Por otro lado, aunque el mercado es una institución espontanea, eso no quiere decir que no tiene ningún sentido, o que no hay una lógica en su aparición y existencia actual. Tratar de describir esa lógica no es presuponer que el mercado es planificado, mantengo que es espontaneo. (O debería).

Tumbaíto said...

i.) Vale... Suponemos que son relativistas y fomentan la prostitución infantil (ahora como ya son muy malos los podemos quemar).

ii.) Sirve al "interés común" y a los duendes. ¿Todo el mundo tiene derecho a inventarse entidades mágicas beneficiadas por su mezquindad para justificar su mezquindad?

(Conste que hablo del estado no de usted.)

iii.) Supongamos que admitimos que hay algo así que es el "interes general" (eso sólo lo admiten los que cobran de la administración y no todos). ¿Conoce a algún economista que no sea socialista que sostenga que el estado sirve más a ese interés general que los empresarios?

Sin estado podemos vivir pero sin empresarios nos morimos de hambre.

iv.) Al derecho siempre le resultó asqueroso el contrato administrativo pero claro... cualquiera le decía al estado nazi o stalinista: ¡me das asco!

Ahí está el derecho romano para corroborar el horror jurídico que constituye el contrato administrativo.

Mary White said...

Al Neri, pues lo que te voy a decir ahora te va a escandalizar aún más.
La dignidad es patrimonio de cada cual.Yo de verdad que no me fío de que ningún Estado custodie mi dignidad o la de mis hijos.Que una persona prefiera morir de hambre con dignidad que contratar un trabajo terrible e indigno me parece legítimo, y a lo mejor sería lo deseable para mí,pero nunca esa decisión debería tomarla el Estado por mí.
De lo que estás diciendo a que el Estado decida qué ropa es digna para trabajar (véase uniformes de enfermeras) y cuáles no, hay un pasito.
Los casos que sacas me parecen extremos. Creo que el error es no darse cuenta de que quienes ofrecen puestos de trabajo, es decir, salarios para que la gente se alimente, son los empresarios, y para ellos cada trabajador tiene un coste que comprende el salario,más el coste social, más el despido.
Estoy con Tumbaíto que es una garantía para el trabajador que el mercado laboral sea tan flexible como para que el trabajador pueda hacer un corte de manga al empresario que le maltrate, y el empresario lo mismo al trabajador caradura.
Tampoco tienes en cuenta de que esa gente que aún tiene menos posibilidades que los trabajadores que ya tienen empleo, van a saltarse a la torera las normas porque tienen que comer, y van a engrosar las filas de la economía sumergida, que no computa porque no "existe", y que aparece espontáneamente cada vez que hay una norma equivocada, aunque intuitiva.

Tumbaíto said...

Lo siento, Lady Mary, pero a veces creo que intenta endulcorarlo todo; el mercado no beneficia a todos. El mercado podría perjudicar muchísimo a muchos por eso, en parte, tiene enemigos tan poderosos.

Yo nunca he sabido qué es eso del "sentido de las cosas". Así que no sé decirle si tiene sentido o no.

bastiat said...

Pues Al Neri... si a ti te produce escándalo el decir que el SMI produce mas parados a mi me produce perplejidad que me lo contrapongas a los contratos de esclavitud... No estamos hablando de nada de eso. Pero lo que si es cierto es que el establecer un salario por encima de la productividad o la rentabilidad de una empresa implica necesariamente o bien que el puesto de trabajo desaparezca, porque no es rentable, o pase a la economía sumergida, es decir se trabaje sin ningún tipo de derecho a nada. Con riesgo para el trabajador y el empresario, pero riesgo que corren para poder seguir teniendo actividad tanto la empresa como el trabajador. Y si un trabajador acepta esas condiciones cuando existe el SMI ¿no estamos demostrando con los hechos la inutilidad de dicho sistema garantista? Es decir, ¿si el sistema le garantiza a un trabajador un salario mínimo y no logra trabajar dentro de la ley no será que ese sistema no sirve? ¿Qué prefieres, la realidad o la ilegalidad?

Fíjate que he dicho que un trabajador se ve obligado a trabajar fuera de la ley... o lo mismo le interesa mas trabajar fuera de la ley, porque gana mas, que si lo hiciera dentro de la ley con los impuestos tan elevados que el empresario paga por un puesto de trabajo en forma de renta pero sobre todo en forma de SS. Entonces, independientemente del sistema lo que cuenta es que haya oportunidades para trabajar. Si subsiste la economía sumergida lo que está demostrando es que hay oportunidades para trabajar pero que la ley está fuera de la realidad.

Y es que el trabajador participa en el mercado vendiendo su fuerza laboral, dotada ésta de mera fuerza bruta o de conocimientos que ha adquirido siendo eficiente en la formación que se le ha ofrecido o de la que el se ha proporcionado con su esfuerzo. Un trabajador se vende, guste o no, y un empresario compra, guste o no, es la realidad. Pero ¿qué ocurre en un mercado en el cual despedir a un trabajador mediocre supone un coste para la empresa superior a la falta de productividad de ese trabajador? Pues que ese trabajador que es bueno, que tiene ganas y conocimientos, se queda sin poder ocupar ese puesto de trabajo porque las leyes impiden que los mejores ocupen los mejores puestos. Es decir, no se hacen leyes para acabar con el paro sino para tratar de impedir que haya despidos. Pero esto tiene una consecuencia, si la empresa, gracias a que las leyes protegen al trabajador independientemente de su desempeño, tienen una productividad menor que la competencia, otra molesta cosa de eso de la vida real, la empresa desaparece y el puesto de trabajo también. Entonces ¿crea paro o no crea paro?

Esa es la respuesta que hay que contestar.

Eso sí, ciertamente la matemática de esto que estamos hablando no está fundamentada en sólo dos factores leyes y productividad, hay mas asuntos, aspectos a considerar, y puede ocurrir que en un momento determinado se produzca un aumento del empleo a pesar de las leyes y de lo que he explicado, pero lo que no se puede negar es que en un proceso de crisis sólo es posible lograr salir lo antes de la misma favoreciendo que sean aquellos que mejor responde a los ciudadanos, a los consumidores, a los trabajadores, que estos últimos tienen igualmente esas característica, los que salgan adelante y que aquellos que han utilizado peor los recursos productivos desaparezcan, por mucho dolor que produzca pero las crisis son duras para todos, lo importante es que sean lo mas cortas posibles.

Pero no has hablado nada de la cuestión de la intervención del Estado en la manipulación monetaria y de los mercados financieros, en concreto en este caso en el mercado hipotecario americano con esas instituciones política y de marcado carácter socialista como la Fanni Mae y la Fredi Mac... ¿no es un tema importante?

Insisto lo de las pelis sobre asuntos particulares me producen.... erisipela...