17 August 2008

Mahoma, Aisha y la imposibilidad de encontrar un título adecuado

El 8 de agosto leí en la sección de libros del New York Times la noticia de la decisión de Random House de no publicar la novela de la feminista Sherry Jones La joya de la medina, una biografía novelada de Aisha, la niña-esposa favorita del profeta Mahoma. Las razones aducidas eran que los expertos consultados habían apuntado que no era el momento debido a las tensiones que se podían avivar al publicar una historia como esa. Lo dejé pasar.

Pero hoy he leído en El País que el libro se va a publicar en España, Italia y Hungría. La historia es más truculenta de lo que parecía a primera vista. Random House ya había adelantado a Jones la friolera de 100.000 $ por la novela y su continuación. Se habían pagado derechos de publicación por adelantado en otros países. ¿Qué movió a la editorial a arrugarse de esa manera? Sherry Jones explica que fue la profesora de la Universidad de Texas, "experta" en el tema y con un libro sobre Aisha, Denise Spellberg, a quien Jones había mandado el libro para recabar su opinión, la que aconsejó negativamente a la editorial. Spellberg advirtió a la editorial Random House de que publicar la novela de Jones podría provocar "ataques terroristas" e hizo correr la voz entre varias web sobre un libro al que calificó de "pornográfico" e "históricamente erróneo".

En palabras de la propia Sherry Jones:

"Lo que me hace sentir realmente mal es que esta profesora haya machacado mi novela tildándola de pornográfica. Ha escogido el término más inflamatorio para el mundo musulmán. Y la novela no lo es; yo no escribo pornografía. El libro tiene carga sexual, pero en realidad es una novela feminista. Y no hay nada tan alejado del feminismo como la pornografía. Es muy frustrante. Ha sacado frases de contexto y con eso ha provocado las críticas de mucha gente que ni siquiera ha leído el libro".

Reconozco que me hace sonreir que acusen de pornográfica a una feminista totalitaria, de las que reniega del derecho de cada cual a exhibir su cuerpo por dinero (por más inmoral que sea para muchas personas). Pero más allá de eso está la historia real de Aisha, casada con Mahoma cuando éste tenía 49 años y ella 6. Cuando la cría tuvo su primera regla con 9 años, Mahoma quedó autorizado por la ley islámica a consumar el matrimonio, y así lo hizo. Así es cómo lo describe Jones:

This was the beginning of something new, something terrible. Soon I would be lying on my bed beneath him, squashed like a scarab beetle, flailing and sobbing while he slammed himself against me. He would not want to hurt me, but how could he help it? It’s always painful the first time.
The pain of consummation soon melted away. Muhammad was so gentle. I hardly felt the scorpion’s sting. To be in his arms, skin to skin, was the bliss I had longed for all my life.”

¿Pornográfico? Yo no diría tanto. Explícito, tal vez. El problema no es verdaderamente ese, aunque sea lo que más le ha dolido a la autora. El tema que se pone encima de la mesa es que para los occidentales (al menos) un hombre que tiene relaciones sexuales con una menor es un pedófilo. Para un seguidor del Islam, una niña que menstrúa no es una niña exactamente, porque su cuerpo está "maduro". Para colmo, estas dudas se plantean acerca del profeta, es decir, se trata de algo sagrado para quienes profesan esa fé.

En el artículo de respuesta a las críticas vertidas sobre ella, "Yo no maté La joya de la medina" publicado en el Wall Street Journal, Denise Spellberg afirma que le preguntaron y simplemente dio su opinión, para ella el libro no tiene en cuenta el momento histórico de la cultura islámica. La novela no aporta nada nuevo e incide en temas escabrosos (sexo-violencia-falsificación del Islam) que aseguran las ventas y provocan la indignación de los musulmanes, en su opinión, con toda la razón.

En principio, parece que efectivamente, si a uno le preguntan, es honesto dar su opinión más sincera. Y Random House está también en su derecho de rescindir cualquier contrato de acuerdo con los términos establecidos en la ley.

Pero la escritora musulmana Asra Q.Nomani, también en el Wall Street Journal, cuenta una historia diferente. Un alumno musulmán de la profesora Spellberg, editor de una página web musulmana muy popular, recibió una llamada en la que ella le pedía que alertara a su comunidad contra La joya de la medina por ser un libro que malinterpretaba la historia del Islam y trataba un tema sagrado como pornografía barata. Dicho y hecho. En dos días, la comunidad chiíta en internet se había diseñado una estrategia para impedir que ese libro viera la luz.
Mientras tanto, Denise, había llamado a la editorial para advertir que ese libro era una declaración de guerra, que era cuestión de seguridad nacional y que corría serio peligro el edificio y el personal de la empresa.

Cuando Random House decidió rescindir el contrato, Ali Hemani, el "diseñador" de la estrategia para impedir la publicación mandó un correo electrónico a la comunidad musulmana chiíta en el que decía:

Siguiendo los pasos del imán Khomeini, miembros activos de Hussaini Youths ha conseguido frustrar la conspiración de los medios de comunicación occidentales para humillar al amado sagrado profeta Mahoma.

¿Estamos ante una guerra sucia censora? La propia Spellberg reconoce que esa historia sucedió así, otra cosa es el barniz que se le quiera dar para justificar costumbres que son incompatibles con la civilización occidental. ¿Quién atiza el fuego del odio? ¿No fue Spellberg quien alarmó a la comunidad musulmana? ¿No fue ella quien amedrentó a la editorial?

Me quedo sin saber esos siete puntos del joven líder de las Hussaini Youths...

* Después de un rato buscando títulos para este post, me rindo... espero que sepan disculparme.

4 comments:

Caco said...

Pues no se han hecho películas, escrito libros sobre Jesucristo, Papa...
Empiezan a reventarme las pelotas con tanta sumisión a las amenazas islámicas.
Todos a la frontera y a tomar por eso.
Tanto regalarles terreno para mezquitas a estos talibanes pederastas

Lo de los menores en otra época... que se paseen por Marruecos: niñas y niños.

Tumbaíto said...

Los únicos con buen gusto vistiendo en la ciudad condal son los marroquíes (¿o marroquís?); o sea, que de taparse saben.

Jenny Mulhenny said...

Algo había leido sobre la desaparición de esta novela y, para mí, parecía otro caso de cobardía (creo que ahora lo llaman corrección política) de un medio con capacidad para hacer opinión occidental, periódico, editorial, universidad, gobierno, frente al integrismo, fanatismo, oscurantismo y necesidad de mantener en la ignorancia a sus fieles que tiene el Islam reacccionario.
Con un cierto grado de cultura todos somos capaces de distinguir lo que en distintas épocas ha sido considerado adecuado, sumisión total de la mujer al hombre o relaciones sexuales con menores o esclavitud, por poner tres ejemplos, y el hecho cierto y completamente actual que en el siglo XXI continuen siendo defendidas por importante y poderoso grupo de musulmanes. Hoy mismo he leido con asombro que el sultán de Brunei, el hombre más rico del mundo, tiene ¡2!, ¡DOS!, esposas, por que su religión le permite hasta cuatro esposas legales.
La vida, novelada o no, de un fanático no suele interesarme pero por molestar y por esos millones de niñas llamadas Aisha conseguiré el libro.

Mary White said...

Jenny, habrá que estar pendiente, me temo que hay varios a la espera...