4 July 2008

Suso del Toro: una Rosa es una Rosa, y un malnacido es un malnacido, es decir, como siempre.

Es que nada como ser amigo del Presi para ponerse gallito, oiga. El tipo que dio nombre a una de las peores canciones de Mecano (Una rosa es una rosa) ha escrito en El País un artículo de tirar a la basura.
Si no fuera por lo que nos cuentan blogs gallegos, acerca de las barbaridades que están haciendo los nacionalistas gallegos a la gente de allí, a los gallegos, uno estaría tentado de creerse las patrañas de este posmoderno venido a más por obra y gracia del presi.

La guinda de las guindas:

Pero con quienes está más incómodo ahora De Toro es con la UPyD de Sabater y Díez y su "nacionalismo xenófobo": "El de los 20 es un manifiesto separatista contra nosotros. Quieren expulsarnos de España a los que hablamos gallego, catalán o vasco".

Oiga, con un par... y mientras, sus amiguitos nacionalistas catalanes cuelgan una foto de Rosa Díez con un balazo en la cabeza (éste es el foro infame). Cada cual se define con sus actos y elige sus compañias y Suso del Toro ya ha demostrado con quién compadrea.

11 comments:

Embajador said...

Siempre pensé que lo de la rosa venía de Gertrude Stein (Rose is a rose is a rose is a rose) o incluso de Ogden Nash. En el mundo anglosajón es un verso muy conocido de principios del siglo XX. Huele a plagio.

Anonymous said...

Es una obra de teatro de este tipo de los 90. Lo he dicho con la peor de mis "uvas" porque odio esa canción y he pensado que casi prefiero que se hayan inspirado en este tipo que en algo más sofisticado...

Bend3r said...

La hipocresía de esta gentuza no tiene límites. Mientras unos son agredidos y amenazados, los otros les acusan de querer expulsarles del país. A mí que alguien quiera vivir en gallego, catalán o euskera me trae sin cuidado. Es más, si quieren no estudiar español que no lo hagan, pero que no obliguen a los demás a vivir en gallego, euskera o catalán. Por mí como si eligen como lengua vehicular para la educación de sus hijos el cantonés.

Si existiera un mínimo respeto a los demás, para mí la situación ideal sería la de EEUU, que ni siquiera tienen idioma oficial. Al final, la gente no es imbécil y acaba entendiéndose. El problema es que los politicastros de turno sí que son rematadamente imbéciles y quieren imponer su modelo de sociedad para que nadie les joda el chiringuito. Si existe soberanía nacional (cosa que a día de hoy hay que poner en duda), quién es el gobierno para imponer a nadie el idioma en el que debe desenvolverse en su vida diaria. Ahora en el País Vasco, van a imponer el euskera hasta en los comercios (en las emisoras de radio ya lo habían hecho). Es sencillamente de vergüenza el afán que tienen estos desgraciados por meterse en la vida de los demás. Lo triste es que medio país mira para otro lado, cuando no lo jalea. En España no existe la más mínima concienciación sobre la necesidad de limitar la influencia del gobierno en la sociedad. La gente parece estar deseosa de delegar hasta la más mínima parcela de su vida en el gobierno.

Al Neri said...

Me ha parecido muy interesante la intervención de bend3r.

Creo que en esto del mayor o menor intervencionismo del Estado, tenemos que situarnos en límites razonables, a pesar de que confieso que soy bastante pro-intervencionista, ya que parto que en las sociedades tan complejas que vivimos, ni la economía, ni las relaciones, ni nada, se autorregulan satisfactoriamente y con respeto a las necesidades y a la dignidad de las personas. Pero ese es otro tema.

Digo lo de situarnos en límites razonables porque yo comparto con los más liberales que este "Estado social y democrático de derecho" se ha terminado convirtiendo en una especie de Papa Noel que falsea la economía, crea un mundo totalmente artificial y, con su abusivo régimen de subvenciones, genera una dependencia institucional de empresas y particulares completamente contranatura.

Pero tampoco saltemos a la acera contraria. Hay aspectos en que el Estado sí debe programar, establecer directrices, encauzar, prevenir, y no sólo en materia de seguridad, como pedían los ultraliberales, sino en otros muchos campos. Los derechos de igualdad ("dentro de un orden", jejeje) y justicia hacen imprescindible un Estado garante, protector y preocupado en mil y un aspectos.

Uno de estos aspectos es el idioma. No considero de recibo la comparación con EE.UU, que es un país con circunstancias bien distintas, por no decir opuestas, a las nuestras. España tiene una idiosincrasia y una historia muy singular, derivadas del "problema" de su pluriculturalidad, que exigen respuestas sensibles o enérgicas, pero propias y especiales. Es complicado importar en este tema.

En un país con las circunstancias de España, negarse a establecer la oficialidad de una lengua es provocar desajustes de todo tipo que al final pagan los ciudadanos con mellas irreparables en sus derechos más elementales. Cuando decimos lengua OFICIAL, nos referimos a eso: a OFICIAL, a lengua de las Administraciones, entre las Administraciones, de las Administraciones a los ciudadanos. Cuando hablamos de OFICIALIDAD, no estamos coartando la libertad de la gente en su casa o en la calle, ya que, como no es imbécil, sabrá buscar la forma de entenderse por los cauces de la lógica y/o de la cortesía. Lo que estamos queriendo decir con lo de OFICIALIDAD es que es necesario clarificar qué lengua o lenguas serán empleadas para garantizar el derecho de los ciudadanos a la Educación o a la Sanidad; cómo se van a dirigir los funcionarios al particular que presente una solicitud; en qué idioma van a escribirse las indicaciones de tráfico o de los museos... No voy a entrar en mi opinión concreta al respecto, sino simplemente a respaldar la necesidad de que se intervenga en esto por parte del poder público.

Perdón por la extensión.

Carlota said...

Antes de de que hubiera declaración de oficialidad no existía el problema.
Y la declaración de oficialidad, evidentemente, no lo ha resuelto.
Fue, si no me equivoco, la Constitución de 1931, que tenía otros graves defectos.
España es una república de trabajadores, ... con lengua oficial
¿Cómo habían podido vivir los españoles hasta entonces, careciendo, los pobres, de 'lengua oficial'?
Según Juan Ramón Lodares -Lengua y patria- aquella declaración de oficialidad, insólita en nuestra historia constitucional, obedeció a los nacional-lingüismos emergentes.
Pero es que era la propia constitución la que creaba el estímulo, al reconocer personalidad política en el estado moderno a territorios subestatales, que no la tenía desde hacía mucho tiempo, precisamente porque, como había sucedido en Francia, Italia, Alemania, ... se habían integrado en un estado nacional.
En cualquier caso, si la declaración de la oficialidad de una lengua, no resuelve ningún problema, la declaración de oficialidad de varias crea muchos.

Al Neri said...

Tantas cosas en el siglo XX son insólitas con respecto a la "historia del Constitucionalismo español". Unas buenas y otras malas, pero si entendemos por historia del Constitucionalismo español la trayectoria de las Cartas Magnas desde 1812 hasta 1876, casi prefiero que demos la espalda de lleno a esta "tradición".

Bend3r said...

Yo sí que pienso que la comparación con EEUU es de recibo. ¿Acaso afirmas caporegime Neri que EEUU no es un país pluricultural (Ingleses, Holandeses, Irlandeses, Afroamericanos, Sudamericanos, Españoles, Rusos, árabes, Chinos...)? EEUU lleva inmerso en un proceso de recepción de inmigrantes de la más diversa procedencia durante décadas (por no hablar de siglos), y , anteriormente a su constitución como estado era una serie de colonias pertenecientes a diversos países (Inglaterra, Holanda, Francia, España). La capital de Dakota del Norte es Bismarck, Louisiana, Galveston (viene de Galveztown, en honor a Bernardo de Gálvez y Madrid), Los Angeles... Pocos países cuentan con la diversidad de EEUU.

Respecto al intervencionismo del estado, es precisamente por el grado de complejidad que ha alcanzado nuestra sociedad el que hace sencillamente imposible que un grupo de políticos puedan dirigirla y regularla satisfactoriamente. De todos modos, Hayek ya descartó la identificación del liberalismo y el "laissez faire". Son conceptos distintos, aunque es cierto que no son necesariamente excluyentes.

La pretensión de que el estado puede velar por la dignidad de las personas me resulta sencillamente ridícula, habida cuenta de que está dirigido por unos políticos que desconocen por completo el significado de la palabra dignidad.

Por otra parte, yo ponía como condición para no establecer la oficialidad de la lengua el que exista respeto a los demás, circunstancia que en estos momentos no se da en España, por lo que, en mi opinión lo que habría que hacer es mantener la oficialidad de la lengua española en todo el territorio y la de las demás lenguas en las comunidades autónomas que así lo estimen, garantizando constitucionalmente el derecho a emplearla y a tener cualquier idioma (oficial o cooficial) como lengua vehicular en la educación en los respectivos ámbitos territoriales de cada lengua e impidiendo constitucionalmente cualquier tipo de legislación destinada a potenciar o disminuir el uso de cualquier lengua (tanto por la administración central como por las autonómicas). Lo que imposibilitaría las horas mínimas de catalán, de euskera o de español en la educación. Si alguien quiere salir del sistema educativo sin tener ni idea de español o de catalán es problema de él o de sus padres. Basta ya de ingeniería social. Te aseguro que la gente no es imbécil y acaba entendiéndose.

Al Neri said...

bend3r, no voy a insistir sobre el papel del Estado, pues veo que tenemos filosofías irreconciliables.

En lo que te voy a dar la razón es en que hoy el Estado español está en manos de "unos políticos que desconocen por completo el significado de la palabra dignidad". Pero creo que eso no es óbice para defender un determinado rol del Estado en abstracto, que es lo que yo estaba haciendo.

También coincido contigo en que actualmente en España no hay respeto con el tema de las lenguas. Pero no seas muy optimista respecto a que lo vaya a haber alguna vez, así que espera sentado a que se cumpla la condicio sine qua non de tu "no oficialidad".

De lo de EE.UU, no me he explicado nada bien. Cierto que es uno de los países más pluriculturales. Lo que quise decir es que los diferentes orígenes étnicos, lingüísticos o culturales de los habitantes de EE.UU. nunca han dado lugar por sí mismos a aspiraciones nacionales, de autonomía o autodeterminación política, como en el caso de España, donde llevamos dos siglos arrastrando esta complicada problemática que a mi juicio exige el arbitrio de los poderes públicos, y no precisamente a través de la cooficialidad de dos o más lenguas.

Aguador said...

Y no olvidéis que el "lema" de los USA (creo recordar que está en su escudo y en los billetes Lincoln) es E pluribus unum (De muchos, uno). Es decir: que por más que su procedencia sea variada, allí son todos estadounidenses. Atreveos allí a quemar una bandera de los USA. Ya veréis que pronto os dan para el pelo.

Aquí, en cambio, el nacionalismo está crecido y mientras te atiza un garrotazo tras otro, lloriquea: "Me estás oprimiendo". Y el Gobierno, porque cree que masoquismo y democracia son la misma cosa (o por otras razones menos confesables), no mueve un dedo. Y nos vamos yendo así en sentido centrífugo y decimonónico a tomar por el culo (como nación, se entiende)

xDDDDDDDDDD

Saludos,
Aguador

Mary White said...

Os he contestado en un post.

Carlota said...

la suma entre dar la espalda de lleno a la tradición (política) y dar un papel más relevante al estado sobre la sociedad, en mi opinión sólo puede producir consecuencias trágicas.
El olvido de la tradición política es la revolución que, sin excepción, conduce al reforzamiento del estado y a la supresión o debilitamiento de la libertad.