31 July 2008

La ofensa

Ofender, según el Diccionario de la R.A.E. es humillar o herir el amor propio o la dignidad de alguien, o ponerlo en evidencia con palabras o con hechos. Esa definición declara la ofensa como algo subjetivo, y para remate, el verbo en pronominal se define como sentirse humillado o herido en el amor propio o la dignidad.

La cosa tiene bemoles porque la subjetividad es doble: uno se siente ofendido, pero además el daño es a su dignidad o en su amor propio, que también es subjetivo. Así, no se sentirá nunca ofendido quien no tenga mucho amor propio o tenga un sentido particular de su dignidad. Eso suena regular, porque parece que se tacha de tener poca dignidad a quien no se siente ofendido, o a quien no se da por ofendido. Sin embargo, es al revés. El que está seguro de sí mismo y se tiene en alto concepto, no admite ser herido en su orgullo más que por un igual, y considera despreciable ofensas (o intentos) de cualquiera que venga a fastidiar.

La segunda parte de la definición es más claro: poner a alguien en evidencia con palabras o hechos. Es decir, ridiculizar, exponer al menosprecio o a la burla del grupo a alguien con o sin justificación.

El mundo de la publicidad está lleno de ridiculizaciones: gorditos, feos, empollones, frikis, flacuchos, gafotas, marujas, horteras... cualquiera está expuesto a salir en un anuncio y ser ridiculizado para que la marca de pastelitos venda más, o de chicles, de colonias, de detergentes para lavadoras, coches...

Esta reflexión viene a cuento por la noticia de esta semana según la cual Nike y Mars han retirado sendos anuncios porque ofendían a los gays. En el caso de las barritas Snickers, aparecía M.A. Baracus (del Equipo A) disparando a un deportista "caracterizado como homosexual" mientras le gritaba que era "una desgracia para la humanidad" y que le "iba a enseñar a correr como un hombre". Sinceramente, un anuncio de pésimo gusto.
Lo que me llama la atención es que ya todos sabemos que hay gays musculosos, debiluchos, militares, pacifistas, gordos, flacos, blancos y negros... ¿se caracteriza a alguien como gay simplemente por ser debilucho y correr con amaneramiento? Hay bastante cursi amanerado a la par que hetero. El anuncio es muy malo en general y además porque saca el estereotipo caduco. Pero ¿no han protestado los colectivos de gordos, o los colectivos de negros por caricaturizarlos como perseguidores de gays? ¿y los colectivos de gays gordos, negros, no han protestado?


El segundo anuncio, el de Nike, muestra una fotografía en la que mientras un jugador de baloncesto salta para hacer un mate, el otro jugador que salta a la vez (pero menos) tiene justo la cabeza a la altura de los genitales. El lema: That ain't right (Eso no está bien). Los gritos que claman al cielo acusan a Nike de "homofobia implacable" porque "muestra lo más humillante que le puede pasar a un jugador en una cancha de baloncesto". Yo, personalmente, estoy con la interpretación del Capitán Achab que ve un golpe genito-nasal, más que otra cosa. Pero, de nuevo... es subjetivo.

Lo tremendo no es tanto que el anuncio sea zafio (como dice el Capitán), que lo es, sino los argumentos del colectivo de turno. ¿Es lo más humillante? ¿Han preguntado a todos los jugadores de baloncesto? A lo mejor para muchos que se rompa la goma del pantalón y se tecaigan al suelo en pleno mate es más humillante, como le ha pasado a algún futbolista.
Y ¿es homofobia IMPLACABLE?


Y yo aquí me pierdo. El tema de la homofobia me tiene desconcertada. Nunca me he considerado homófoba... hasta que leí el artículo de Jesús Encinar (C.E.O. de idealistapuntocom) en su blog. Jesús aborda siete falacias que perviven en las mentes sobre la homofobia. Da qué pensar. Hay que leerlo varias veces para captar el mensaje además del "recado" (que diría el del santo de hoy). Frases como:

La homofobia no es patrimonio exclusivo de los heteros. Mi primer paso para superar mi homofobia fue aceptarla. La homofobia es algo que respiramos todos, homosexuales y heteros, a lo largo de generaciones. No importa lo liberal que uno sea, todos tenemos prejuicios que nos hacen ser, queramos o no, machistas, racistas y también homófobos. Para la Real Academia la tolerancia es "respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias las propias". Toleramos aquello que nos molesta. Lo que está mal. Lo que no nos gusta. Toleramos el ruido, los malos olores, el calor, los dolores de dientes, las colas de espera. Tolerar la homosexualidad es una forma de homofobia.

Le dejan a uno perplejo, en especial, porque están redactadas en primera persona. No está acusando, sino explicando una reacción humana. Me tranquiliza porder decir: soy homófoba, o no lo soy, soy racista o no lo soy, tengo este prejuicio más desarrollado que este otro sin que me insulten, me tachen de facha o de intolerante (los mismos gays, extranjeros, etc., lo que te piden es tolerancia... pero los que te lo exigen son los que no lo son pero se declaran "defensores de").

Me gusta sobre todo la conclusión:

La homofobia es un error de la inteligencia que tiene su base en el miedo al que es distinto. Como todo prejuicio, se basa en la etiquetación de una persona como parte de un grupo. Pero no existe una única forma de ser gay, igual que no existe una forma única de ser milanés o veinteañero. Cada persona es distinta. Dejar de ver la persona como individo para ver sólo la persona como parte de un grupo es el origen de los prejuicios sobre "las mujeres", "los catalanes" o "los gays". Aceptar a los demás como son y aprender de todos es la forma de disfrutar y aprender de la enorme diversidad de la humanidad.

Estoy de acuerdo. Pero, volviendo al caso de los anuncios, ¿qué hacemos con los que no saben aceptar, ni están dispuestos a aprender de la diversidad? ¿les toleramos?¿cómo defenderse de la ridiculización se sea gay, mujer, católico, moro, retrógrado, progre o lo que sea?
En el caso de los anuncios, es fácil: boicotee a Nike, boicotee a Mars... pero esos mensajes que se lanzan abanderando colectivos, no ayudan a ver al gay, a la mujer, alcatólico, al moro, retrógrado, progre, etc. como individuos sin etiquetar. Al revés. Creo que son contraproducentes y que, tal vez, habría que pensar en una defensa más imaginativa. Yo, en concreto, elijo el desprecio de no hacer aprecio. El tiempo pone a cada cual en sus sitio.

11 comments:

Bend3r said...

Hombre, esto no debe ser muy agradable (y menos en unas olimpiadas). De hecho, si el defensor fuera mujer tampoco creo que le hiciera demasiada gracia. Generalmente golpear con la entrepierna en la cara se considera un gesto poco cordial y si Vince Carter en vez de hacerle eso a Frederic Weiss (2,18 m) le hubiese restregado el miembro a una espectadora del pabellón la policía australiana hubiera tenido algo que decir. Que te salten por encima en un mate es, seguramente, lo humillante que te pueden hacer, porque demuestra una insultante superioridad física y encima tiene el recochineo del frotamiento genital contra tu cara. La reacción me parece exagerada en el caso de Nike, aunque el anuncio de Mars sí me parece ofensivo.

Al Neri said...

Yo no sé qué es eso de la homofobia. De hecho me parece una etiqueta fabricada por el victimismo homosexual, que te colocan en cuanto te niegas a tragarte las patrañas de este colectivo o te expresas en contra de sus reivindicaciones y/o logros.

Por mí la gente puede acostarse con quien quiera, incluso con una cabra si ése es su gusto. Porque una persona se acueste con alguien de su mismo sexo yo no voy a practicar ni a defender ninguna discriminación, ni a darle un trato peor, ni a tenerle ninguna fobia.

Eso sí: si esta persona intenta promover un reconocimiento jurídico, político o social a su comportamiento desviado, entonces yo me voy a oponer, me voy a manifestar muy en contra y voy a hacer lo que esté en mi mano para que los derechos reivindicados no se materialicen. Esto no es fobia, sino mi derecho a defender un modelo de familia y de sociedad basado en el Cristianismo, en la naturaleza y en la normalidad.

En caso de que me llamen a mí homófobo por defender esto, yo podría llamarles a ellos heterófobos por criticar mi postura también pública y firme.

Anonymous said...

Estoy considerando si me has ofendido...

Ignacio said...

Aceptar a los demás como son y aprender de todos es la forma de disfrutar y aprender de la enorme diversidad de la humanidad.


Análisis semántico profundo:

Acepto a los demas como son, PESE a que no son como yo, que soy divino por....(x) en otros medios usan la palabra tolerancia.

Acepto a los demas, porque en mi yo profundo se que estoy fuera de la norma, lo cual no me hace un monstruo, simplemente me he de asimilar a mi mismo: si no se hacerlo, O NO ME ATREVO disuelvo la responsabilidad en la sociedad, asi, haciendo a todos culpables me evito el pensar quien soy, como soy y enfrentarme a mi mismo.

Lo de la tolerancia es lo mismo: yo no quiero que me toleren, sino que me quieran, se tolera al molesto, al desagradable.

ZP dijo: hay que tratar a las mujeres como si fueran iguales. una frase así: ahí, se retrató.

Nicholas Van Orton said...

Reconozco que soy tardo, Mary White, no alcanzo a entender la polémica suscitada. Hago un inciso: lo más humillante para un deportista es perder. En el tema que nos ocupa— el trauma naso-testicular—, reconozco que soy incapaz de intuir algo que pueda molestar a los homosexuales. Basta voltear la foto del anuncio un cuarto hacia la derecha, para entender que esa postura es la que prefieren muchos de ellos a la hora de catar las excelencias de “la puerta trasera”. Ahora bien, para efectuar determinadas “visitas” la higiene es importante, me atrevo a decir que es la mejor tarjeta de presentación; y en la escena que acompaña a tu escrito la higiene no está garantiza; más bien al contrario: ingles sudorosas envueltas en un olor pungente. A lo mejor ahí radica el meollo del asunto, ya que muchas personas pueden interpretar que determinados colectivos no son limpios y se lanzan a todo tipo de prácticas sexuales sin las debidas precauciones higiénico-sanitarias, una idea que sin muchas dificultades conduce a la discriminación y al menosprecio. No obstante, la imagen y el eslogan se prestan a más interpretaciones. El “No está bien” posiblemente se refiera a que mientras el jugador negro permanece colgado del aro, con un riesgo evidente de padecer una sobrecarga en los trapecios, el otro se limita a estimular el perineo sin que intuyamos que está dispuesto a ir más allá, porque el hecho de que ambos estén vestidos no invita a mal pensar. Por todo ello, el “no está bien” está más que justificado: ¡es obligatorio!
Me permito hacer una reflexión: si el jugador que salta fuera blanco ¿dirían que estamos ante un caso de racismo?
En definitiva, una muestra más del cogérsela con papel de fumar, ser más papistas que el Papa y más ridículos que todos juntos.
Los de Nike se equivocaron: ¡con lo poética que sería una escena similar entre dos jugadoras de voley-playa! Estoy seguro de que entonces nadie hubiera protestado.

ECO said...

Excelente y oportuno articulo.
Evidentemente hay que evitar e impedir todo tipo de acción y conducta que basada simplemente en perjuicios sociales de lugar a algún tipo de discriminación hacia el que por alguna rozan es diferente.
No creo que la homofonía sea un comportamiento racional, decidido de acuerdo con la inteligencia de las personas, sino que mas bien pienso que pertenece a la esfera de lo emocional de ahí que este causado por miedos injustificados.
Personalmente creo que tanto los individuos como los colectivos deben de ser juzgados y calificados de acuerdo con su comportamiento y sus acciones. Evidentemente cuando una persona o su entorno ha tenido malas experiencias causadas por un determinado colectivo será mas fácil que surja en el distanciamiento , rechazo, miedo, perjuicios tendiendo a generalizar siéndole mas difícil ver y juzgar a las personas individualmente.
Tenemos un claro ejemplo en lo que esta ocurriendo en estos momentos en Italia, determinados tipos de comportamientos han generado una rechazo generalizado hacia concretos grupos de inmigrantes.

Anonymous said...

Mary,

Que buen post :), pero vas a tener motivos para escribir este tipo de cosas por los siglos de los siglos, porque la epidemia de corrección política está reñida con el sentido del humor.

(Al neri, eres un homófobo de cojones. En serio.)

Mary, besos desde este lugar que tú crees tan frío, pero que no lo es para nada... :)

Clandestino said...

Loudsoul

Política o socialmente nadie está obligado a ir más allá del respeto al derecho ajeno. Sean los ajenos gays, heteros o mongoles. Si no me caen bien los gays, pero respeto sus derechos, nadie me puede pedir más ni acusarme de homófobo. Nadie me puede obligar a ser cariñoso y simpático con ellos. Tengo que destacar que aunque generalicemos, hay un buen número de gays, auténticos señores, que no merecen la degradación en la que por empatía, los sumen el resto de sus colegas. En ningún momento me refiero a ellos. Solo al gallinero.

Al neri no manifiesta homobia en absoluto, en cuanto que no agrede ningún derecho homosexual, ni muestra aversión sobre el colectivo, que en cualquier caso podría ser legítimo como el resto de sentimientos. Solo está hasta las narices, como lo estamos la mayoría, y se queja de una situación injusta y real que SÍ agrede a los heteros. Hay una presión social y política del colectivo, que lleva el concepto de homofobia al campo personal o incluso sentimental: si no me caen bien o me molestan con sus exibicionismos, promiscuidad e invasión de los espacios comunes, que casi roza el acoso, no eres homófobo pero sufrirás persecución como si lo fueras. Te vigilan, te fastidian y encima tienes que aplaudir. ¿Acaso si me molestan los ladridos de un perro me convierte en canófobo?

Si me cae mal mi vecina blanca y hetero, del tercero o el frutero blanco y hetero, es algo natural. Pero si no me agradan unos maricas del quinto o los negros del bajo, soy un delincuente homófobo o xenófobo, aunque igual que a mi vecina y al frutero, le respete sus derechos y viva ajeno a sus vidas. Poco a poco se cierra el círculo alrededor del varón español, blanco, no político y heterosexual, con claros agravantes si además son maridos y padres. No tardarán mucho en colocarnos dianas para desahogo de los cabreos nacionales.

Claramente el grueso de acusaciones de homofobia, se cargan sobre el acto legítimo de defenderse del pegajoso, cargante y claustrofóbico achique de espacios del colectivo gay. Muchos nos estamos hartando. Ya está bien. El mundo no es gay, ni es de los gays. Si quieren respeto que respeten y dejen al mundo vivir en paz.

Mary White said...

Bend3r si lo que yo digo es que hay otras maneras que no son forzar a retirar el anuncio.

Al Neri,no entiendo que haya que reconocer el comportamiento sexual de nadie por vía jurídica. Me parece una patraña el matrimonio civil.

Ignacio... recuerda que ese chico tiene dos hijas que le harán tragarse sus palabras...

Nicholas, yo también pensé en que si hubieran sido jugadoras de voley habrían creado un club de fans...

Eco, resulta que actualmente muchos de esos colectivos rechazados como grupo se basan en la fuerza de "ser un colectivo" para demandar prebendas políticas,pero se quejan de que no se les trata como individuos cuando se les rechaza.

Loudsoul,desde un Madrid a 40 grados TODO es frío (y lo digo con envidia). Avisa a tu vuelta.

Anonymous said...

Clandestino,

Curiosas ideas tienes sobre el respeto... Todos debemos agradecerte que no nos aporrees con un bate de beisbol.

Mary,

En diciembre me verás por ahí, pero espero que estemos en contacto hasta entonces.

Clandestino said...

Loudsoul

De nada... víctima