18 July 2009

Carta de ajuste


Cuando no hay programación, sale por la tele la carta de ajuste. Esta semana me he quedado sin fuelle, y tengo la sensación de que lo único que puedo emitir es mi propia carta de ajuste. No hay tema interesante, por más inundaciones y tsunamis anunciados en Australia, cambios en el sistema de financiación autonómica, patochadas de Liendre Pajín, y repiqueteos de Twitter... Todo sigue igual, somos tan inconstitucionales, bárbaros, mentirosos como el resto pero seguimos apuntando a los demás sin mirarnos al espejo... tal vez para no salir corriendo del espanto de reconocernos en nuestra sublime estupidez.

Así que mientras transcurre el tiempo y el curso parece no cerrarse nunca, reviso la prensa y leo en Le Monde que en Francia hay un Movimiento por el derecho y el respeto de la generaciones futuras. Se dedican a protestar por el uso de pesticidas en los productos agrícolas. ¿Y no protestan por la deuda pública? ¿Nadie va a defender el derecho de las generaciones futuras a no pagar los excesos de hoy en día? Tal vez si el déficit público no fuera inodoro e invisible las cosas cambiarían. Se padece en la disminución del poder adquisitivo, pero ese mal se diluye, se puede camuflar, disimular... sin embargo, si oliera a huevo podrido estoy segura de que aparecerían hordas de eco-héroes dispuestos a acabar con la deuda cuanto antes.

Y esa es la razón de que vídeos como el que cuelgo más abajo proliferen, muestra visualmente qué significa la carga estatal... en sentido literal.


2 comments:

Anonymous said...

Es necesario cargar las pilas de vez en cuando. El momento siempre lo marca la carga que tengan.

Lo importante es volver al cien por cien.



John W.

Clandestino said...

El estado engorda y se robustece mientras el ciudadano queda cada vez más a merced de su codicia y presión. Los impuestos ya no alcanzan para cubrir su propio automantenimiento. Lejos de reducir el despilfarro y el gasto, el intervencionismo y el saqueo es cada vez es más insoportable y descarado. Cuanto más saquean, más se encoge la inversión, menor es el PIB, menor la recaudación y mayor la presión fiscal o saqueo. Círculo vicioso que solo acabará cuando la mierda nos cubra la frente, aunque no haya olas, porque a los vividores que nos ocupan, no los echamos ni con aceite hirviendo.

A pesar de ser mundial, el hundimiento en España rebasa el dramatismo en la desesperanza de saber que cualquier cambio, solo puede empeorar lo que ya es lo peor de entre todo lo peor. Por si fuera poco, ahora invitan al traidor, a todas sus reuniones 'G-' de justificar y homologar sus desfalcos globalizados, a sabiendas de su 'generosidad' a la hora de agradecer el realquiler de su poltrona por un día. Los postres de Italia, nos costaron 500 millones de €, que sin duda se traducirán en hambre de muchos artículos de primera necesidad, para miles de españoles.

Mientras tanto Rajoy haciendo el Don Tancredo, para "no perder las elecciones", haciendo nada absoluta, como única forma de ganarlas. Mientras el resto de responsables del estado, agarrados a la teta, importándoles una caca, lo que pase fuera de sus respectivas vividurías, cuidando muy mucho de omitir deberes como forma de no perder sus chollos. Queda claro que en España se ganan las poltronas no haciendo nada por merecerlas, dando continuidad a estos mismos 'méritos', como única forma de no perderlas. Cuando les dan ganas de currar, descansan hasta que se les pase, o se van al sicólogo para que los 'cure'. Actitud contra aptitud.

Estamos apañaos.