15 November 2008

Llega la Navidad: consuma, por favor.

Todos los años a partir de estas fechas los medios, las fuerzas vivas, los predicadores sociales y religiosos, nos cuentan lo horrible que es consumir, lo insolidario, egoísta y superficial que es comprar y comprar, y mucho peor si lo que compras es caro. Los amantes del lujo son condenados, y quienes compran se ven obligados a justificarse, por elpeso de laculpabilidad.

Recuerdo a Paco Capella defendiendo que en Navidad la gente debería poder comprar lo que le venga en gana.Es una fiesta religiosa que ha permeado las costumbres sociales, de manera que incluso los no creyentes andan de fiesta, deseando regalar y ser regalados... ¿por qué crear este sentimiento de culpa en vez dedejar que cada cuál haga lo que le parezca con su dinero?

Las cosas han cambiado... El gobierno ofrece privilegios a quienes quieran cambiar de coche, y también si es un coche caro. Se anima el consumo, ya no es pecado, no es insolidario. Al revés. Los espíritus austeros asustados por la recesión presente y por la futura, que pretenden ser escuetos en su Carta a los Reyes Magos son mirados como egoístas.¡Qué gentuza, en vez de consumir para animar la economía, pretenden cubrirse en salud ahorrando para pagar sus facturas!

¿Servirá este cambio de criterio tan radical para que la gente se dé cuenta del grado de manipulación al que estamos sometidos? No creo. A veces me pregunto si habrá algún narcótico en el agua que sale por el grifo.

4 comments:

Laura said...

¿En el agua del grifo? Por Dios, Mary, ¡¡¡no des ideas!!!

Jack Hammer said...

Totalmente de acuerdo, chica, no sé si será en el agua del grifo o en los yogures desnatados, pero el caso es que se los tragan con un gusto...

Mary White said...

Laura! algo en el aire? :)))

Miss Perseidas en continuo desvarío said...

que se gasten y muevan el dinero los ricos que pa eso lo tienen, que los pobres, con pagar las facturas y los intereses liberados(o libertinos) de la hipoteca, nos sobra. No entiendo que te quejes de la parafernalia consumista de San Calentin, y no veas la pervesión en el consumismo navideño, a mi me da repelús...