La Bola de Cristal
La crisis y sus aledaños está beneficiando a algunos sectores profesionales, por ejemplo, el mío. Los profesores de economía estamos en alza. Vas a una fiesta y te preguntan "¿y a tí que te parece el plan?", "¿y cómo se sale de esto?", "¿y hasta cuando tenemos?", "¿peligran mis ahorros que están colocados en tal o cual sitio?"... y así hasta el infinito. Mi respuesta a esas preguntas es: desconfía de las predicciones de los economistas, especialmente si son sobre el futuro.
Pero en la mayoría de las ocasiones, los economistas, y en especial si son docentes, son muy dados a decir todo tipo de tonterías disfrazadas de "mona vestida de seda". Con suerte volvemos a los lugares comunes, a la ortodoxia, lo que todo el mundo sabe (ver entrada Crónicas de un pueblo al rebufo).
Nadie quiere darse por enterado de que hay que tomar medidas desagradables, nadie quiere oír "se acabó lo que se daba". Los empresarios quieren que bajen los tipos de interés, aunque eso signifique un aumento de los precios, una distorsión de las señales de los mercados. También piden ser expropiados, rescatados, subvencionados...
Los trabajadores quieren que suban los salarios, que les aseguren el puesto de trabajo, que se mantengan las prestaciones.
Los jóvenes siguen queriendo un piso, copas gratis, no estudiar, vacaciones permanentes.
Los sin papeles se manifiestan porque quieren papeles, trabajo, casa, y lo mismo que el resto, solamente por llegar a este país.
La catedrática de Economía Aplicada de la Facultad de CC. Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, Cecilia Castaño, ve una oportunidad para que las mujeres alcancemos los puestos directivos (negados hasta ahora) en las empresas para "limpiar los destrozos que han hecho estos directivos jovencitos". Textual. Tiene ocho proyectos de investigación financiados con impuestos dedicados a las desigualdades de género (las mujeres y el metal, las mujeres y la tecnología, las mujeres en Andalucía, las mujeres en las comunidades autónomas, las mujeres y la e-gualdad...), así que tampoco es de extrañar.
Pero en la mayoría de las ocasiones, los economistas, y en especial si son docentes, son muy dados a decir todo tipo de tonterías disfrazadas de "mona vestida de seda". Con suerte volvemos a los lugares comunes, a la ortodoxia, lo que todo el mundo sabe (ver entrada Crónicas de un pueblo al rebufo).
Nadie quiere darse por enterado de que hay que tomar medidas desagradables, nadie quiere oír "se acabó lo que se daba". Los empresarios quieren que bajen los tipos de interés, aunque eso signifique un aumento de los precios, una distorsión de las señales de los mercados. También piden ser expropiados, rescatados, subvencionados...
Los trabajadores quieren que suban los salarios, que les aseguren el puesto de trabajo, que se mantengan las prestaciones.
Los jóvenes siguen queriendo un piso, copas gratis, no estudiar, vacaciones permanentes.
Los sin papeles se manifiestan porque quieren papeles, trabajo, casa, y lo mismo que el resto, solamente por llegar a este país.
La catedrática de Economía Aplicada de la Facultad de CC. Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, Cecilia Castaño, ve una oportunidad para que las mujeres alcancemos los puestos directivos (negados hasta ahora) en las empresas para "limpiar los destrozos que han hecho estos directivos jovencitos". Textual. Tiene ocho proyectos de investigación financiados con impuestos dedicados a las desigualdades de género (las mujeres y el metal, las mujeres y la tecnología, las mujeres en Andalucía, las mujeres en las comunidades autónomas, las mujeres y la e-gualdad...), así que tampoco es de extrañar.
Es una muestra perfecta de las carencias de nuestro sistema de educación superior. En lugar de hacer un análisis objetivo de la crisis, se trata de aprovechar para poner tu pancarta y meter el pseudofeminismo a costa de lo que sea: aunque se frivolice con una situación tan grave como lo que se nos avecina. El hombre es el culpable de la crisis, que se sepa.
También ha dicho que para qué flexibilizar más el mercado laboral si ya tenemos un 30% del empleo copado por el trabajo temporal, que con la legislación vigente, nuestro mercado laboral es suficientemente flexible... No sé si es necesario que argumente en contra. Las cifras cantan: Doing Business 2008, Index of Economic Freedom 2008.
No gusta nada analizar las crisis anteriores, los modelos y supuestos obsoletos en los que se han basado las medidas catastróficas de los banqueros centrales, y desde luego, no se va a tomar en consideración las teorías, propuestas y opiniones de quienes defiendan medidas dolorosas, poco agradables, por más realistas que sean.
Por eso vende tan bien la idea de que sin banco central no amanecería más, o que si no estás con ellos eres un revienta-sistemas. El sistema de bancos centrales con monopolio e emisión de moneda no es parte de la evolución del sistema económico, es una imposición históricamente muy reciente, forzada por el poder político para poder transformar los precios en instrumentos de política de manera que dejen de ser lo que naturalmente son: las señales del mercado para oferentes y demandantes.
Pero decir eso en la televisión o en la radio no es correcto (excepto en el programa de Susana Criado en Radio Intereconomía) y hay que aprovecharse de la situación,sacar la bola de cristal y decir lo que se espera, que todos necesitamos ayudas y queremos ser abducidos si eso implica una subvención. ¿Nadie se pregunta de dónde sale ese dinero y cómo vamos a pagar el coste de la ayuda?
También ha dicho que para qué flexibilizar más el mercado laboral si ya tenemos un 30% del empleo copado por el trabajo temporal, que con la legislación vigente, nuestro mercado laboral es suficientemente flexible... No sé si es necesario que argumente en contra. Las cifras cantan: Doing Business 2008, Index of Economic Freedom 2008.
No gusta nada analizar las crisis anteriores, los modelos y supuestos obsoletos en los que se han basado las medidas catastróficas de los banqueros centrales, y desde luego, no se va a tomar en consideración las teorías, propuestas y opiniones de quienes defiendan medidas dolorosas, poco agradables, por más realistas que sean.
Por eso vende tan bien la idea de que sin banco central no amanecería más, o que si no estás con ellos eres un revienta-sistemas. El sistema de bancos centrales con monopolio e emisión de moneda no es parte de la evolución del sistema económico, es una imposición históricamente muy reciente, forzada por el poder político para poder transformar los precios en instrumentos de política de manera que dejen de ser lo que naturalmente son: las señales del mercado para oferentes y demandantes.
Pero decir eso en la televisión o en la radio no es correcto (excepto en el programa de Susana Criado en Radio Intereconomía) y hay que aprovecharse de la situación,sacar la bola de cristal y decir lo que se espera, que todos necesitamos ayudas y queremos ser abducidos si eso implica una subvención. ¿Nadie se pregunta de dónde sale ese dinero y cómo vamos a pagar el coste de la ayuda?
6 comments:
Eres muy valiente.
Sigue así.
Sigue ahí.
Excelente articulo.
Comparto con Vd. su escepticismo hacia la discriminación positiva y todo aquello que se esconde detrás de la lucha contra las desigualdades de genero , pero a la vez considero acertado responsabilizar a muchos jóvenes directivos de la crisis que sufre nuestra sociedad debido a su defensa de la política del todo vale con tal de lograr sus objetivos, recurriendo muchas veces incluso a la violencia para lograr objetivos empresariales. Seguramente no hay que limpiar sus destrozos sino a ellos , realizando un minuciosa depuración encaminada a apartarlos de los órganos con capacidad de tomar decisiones que afectan a toda la sociedad , exigiéndoles que asuman las responsabilidades que corresponda por las decisiones que tomaron en el pasado.
En Islandia han ascendido a un montón de mujeres, y andan diciendo que se la han pegado por dejar a los muy bestias de sus maridos vikingos al frente de la nave, así que ahora van a cambiar y recuperarse, a base de dejar a las sensatas amas de casa vikingas que manden en los drakkars, y a Olaf and Co, castigados y a remar.¡Están locos estos vikingos!
Papini proponía una "Ley contra los poetas". Quedaría prohibido por 50 años imprimir, publicar, difundir o vender todo tipo de obras en verso (o de poesía disfrazada en prosa). Todo ello no para acabar con la poesía, sino -al contrario- para salvar la buena poesía (obligando a tanto poetilla y poetastro a dedicarse a otra cosa). Y de paso -también- para salvar algunos bosques. (Papini, Bufonadas)
¿No sería buena una "Ley contra los economistas"?
¿Qué sería el mundo sin economistas? Es un gremio similar al de los “plumillas”, que de la misma noticia obtienen tantas versiones como el amo demanda. Ninguno acierta en sus predicciones; ahora bien, cuando el desastre se produce, todos ejercen de profetas del pasado. Yo estoy preocupado por el futuro de mi cerdito lleno de monedas: ¿habrá llegado el día de San Martín?
Saludos.
Sigues haciendo gala de buen olfato (y yo al presuponerlo hace tiempo, je, je...). Si los dos tenemos razón (¡vaya lapsus!) es cierto que aquí lo más importante es el aprovechamiento burocrático de las circunstancias para avanzar hacia el poder. De ahí las pancartas que como bien señalas dejan de lado los análisis. Y eso pone en evidencia la ideosincrasia de los "sectores profesionales".
En lo demás, a mi criterio, sigues anclada más atrás de tu olfato (por eso dices "hay que tomar medidas" sin que se pueda ni saber ni elegir "quién habría de hacerlo" -think about; es decir, haz tú el análisis-). Bueno, ya sabes lo que pienso...
Un beso y yo también te animo a seguir adelante.
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